Lucas y su hermanito


Lucas era un niño muy feliz que vivía con sus papás en una linda casita. Jugaba, reía y pasaba momentos maravillosos junto a sus papás. Un día, sus papás le dieron una noticia emocionante: ¡iba a tener un hermanito! Lucas estaba emocionado, pero al mismo tiempo se sintió un poco confundido. ¿Qué significaría esto para él? ¿Seguiría recibiendo el mismo cariño y atención de sus papás una vez que llegara el bebé? Lucas empezó a sentirse preocupado y un poco celoso.

Unos meses después, finalmente llegó el hermanito de Lucas. Todos estaban muy emocionados y felices con la llegada del bebé. Los papás de Lucas estaban ocupados cuidando al hermanito, dándole biberón, cambiándole los pañales y cantándole canciones. Lucas se sentía un poco triste porque parecía que ya no tenía tiempo para él.

- Mamá, ¿me quieres? - preguntó Lucas un día, mirando fijamente a su mamá. - Por supuesto que te quiero, Lucas. Eres mi hijo y siempre te amaré, no importa cuántos hermanitos más tengamos -respondió la mamá de Lucas, dándole un fuerte abrazo.

- Pero siempre estás ocupada con el bebé, ya no jugamos como antes - expresó Lucas con tristeza.

- Lo sé, cariño, pero el bebé necesita muchos cuidados porque es muy pequeñito. Pero siempre vamos a encontrar tiempo para estar juntos, te lo prometo - le aseguró su mamá.

Aunque las palabras de su mamá lo reconfortaron un poco, Lucas aún se sentía un poco celoso y triste. Observaba a su hermanito con curiosidad, pero también con un poco de envidia. Un día, su papá lo llamó a un lado y le dijo:

- Lucas, entiendo que te sientas un poco confundido y celoso porque ahora hay un nuevo integrante en la familia. Pero tu hermanito no es tu competencia, es tu compañero de juegos y aventuras. Tienes la oportunidad de enseñarle muchas cosas y ser su mejor amigo. Pueden compartir momentos maravillosos juntos.

Las palabras de su papá le hicieron reflexionar. Lucas decidió que en lugar de sentir celos, quería ser un buen hermano mayor. Comenzó a ayudar a sus papás con el bebé, le cantaba canciones para hacerlo reír, le contaba cuentos y le enseñaba sus juguetes favoritos. Poco a poco, su hermanito se convirtió en su amigo especial. Ya no se sentía celoso, sino feliz de tenerlo en su vida.

Con el tiempo, Lucas aprendió que el amor de sus papás no se dividía, sino que se multiplicaba. Aprendió que ser hermano mayor era especial y significaba tener un amigo para siempre. Y lo más importante, descubrió que su hermanito no le quitaba amor, sino que le daba más amor a su vida. Juntos, Lucas y su hermanito vivieron aventuras, compartieron risas y se convirtieron en una gran dupla inseparable.

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