Lucía, la valiente protectora de sus compañeros
Había una vez en el colegio de Lucía, una niña muy curiosa y valiente. Un día, la maestra les dijo a todos los niños que se iba a tratar un tema muy importante: cómo cuidarnos y protegernos.
Los ojos de Lucía se iluminaron de emoción mientras escuchaba atentamente las palabras de su maestra. Sabía que aprender sobre esto era crucial para mantenerse segura y ayudar a otros también.
La maestra comenzó explicando que nuestro cuerpo es algo muy valioso y especial, y nadie tiene derecho a tocarlo sin nuestro consentimiento. Les enseñó cómo identificar situaciones incómodas y qué hacer si alguien intentaba tocarlos sin permiso. Lucía estaba fascinada con todo lo que aprendía.
Quería ser una superheroína que pudiera defenderse a sí misma y proteger a los demás. Pero había algo más importante aún: si alguien te tocaba sin permiso y te decía "no digas nada", debías hablarlo inmediatamente con un adulto de confianza.
Esa noche, Lucía llegó emocionada a casa para contarle todo lo que había aprendido a su mamá. Mientras le explicaba cada detalle, su mamá la escuchaba atentamente con orgullo en sus ojos.
"¡Qué bien, mi pequeña! Es importantísimo saber cómo cuidarnos y no permitir que nadie nos haga daño," exclamó su mamá abrazándola fuerte. A partir de ese día, Lucía se convirtió en la defensora número uno de su colegio.
Siempre estaba atenta para asegurarse de que todos estuvieran seguros y protegidos. Si veía algo extraño o alguien le decía "no digas nada", ella no dudaba en contarlo a un adulto de confianza.
Un día, mientras Lucía jugaba en el patio, vio que su amiguito Juanito estaba actuando de manera extraña después de haber estado con un adulto desconocido. Recordando lo que había aprendido, fue corriendo a contarle todo a su maestra.
La maestra escuchó atentamente a Lucía y tomó todas las medidas necesarias para proteger a Juanito. Resulta que ese adulto desconocido trataba de hacerle daño y gracias a la valentía de Lucía, se evitó una situación peligrosa.
Lucía se sintió muy feliz al saber que había ayudado a su amigo y mantenido seguro al colegio. Todos los niños la admiraban por ser tan valiente y siempre estar pendiente de ellos. A medida que pasaba el tiempo, Lucía siguió aprendiendo sobre cómo cuidarse y protegerse.
Comprendió que hablar sobre estos temas era fundamental para prevenir situaciones peligrosas. El colegio de Lucía se convirtió en un lugar donde todos los niños sabían cómo cuidarse y nunca tenían miedo de hablar si algo les parecía extraño o incómodo.
Se sentían seguros porque sabían que podían confiar en sus amigos y adultos responsables.
Y así, gracias al valor y determinación de Lucía, el colegio se transformó en un espacio seguro donde todos los niños aprendieron la importancia de cuidar su cuerpo, decir —"no" cuando algo no está bien e informar cualquier situación sospechosa. Desde aquel día, cada vez más niños alrededor del mundo aprendieron la importancia de cuidarse y protegerse.
Y todo comenzó en el colegio de Lucía, donde una pequeña niña se convirtió en una gran defensora de los derechos y seguridad infantil. Y colorín colorado, esta historia ha terminado, pero recuerda siempre cuidar tu cuerpo y nunca tener miedo de hablar si algo no está bien.
FIN.