Lucía y el Bosque Protegido
. Su nombre era Lucía y tenía el cabello dorado como el sol y unos ojos brillantes como estrellas en la noche.
Siempre iba vestida con un vestido verde de hojas y llevaba una varita mágica que usaba para ayudar a los animales del bosque. Un día, mientras volaba por el campo, Lucía escuchó un ruido extraño proveniente de un arbusto. Se acercó sigilosamente y descubrió a un pequeño conejito atrapado entre las ramas espinosas.
Sin dudarlo, Lucía usó su varita mágica para deshacer el enredo y liberar al conejito. El conejito estaba muy agradecido y le dijo: "¡Muchas gracias, querida hada! ¿Cómo puedo recompensarte?".
Lucía sonrió y le respondió: "No necesitas hacer nada más que ser feliz". Y así, continuó su camino ayudando a otros animalitos en problemas. Pero un día, algo inesperado ocurrió. Un grupo de zorros malvados llegó al bosque y comenzaron a asustar a todos los animales.
Los pájaros no podían volar libremente, los venados tenían miedo de salir de sus guaridas y los conejitos se escondían temerosos. Lucía decidió intervenir para proteger a sus amigos del bosque.
Usando su magia, creó una barrera invisible alrededor del bosque para mantener alejados a los zorros malvados. Los animales estaban seguros dentro del círculo mágico que había creado Lucía. Los días pasaron y la barrera seguía protegiendo a los animales, pero Lucía comenzó a sentirse agotada.
La energía mágica que utilizaba para mantener la barrera era cada vez más débil. Un día, mientras caminaba por el bosque, encontró a un búho sabio sentado en una rama. Lucía se acercó y le contó su problema al búho.
El búho pensó por un momento y luego le dijo: "Querida Lucía, el amor y la amistad son poderes mágicos muy fuertes. Si compartes tu amor con los demás animales del bosque, ellos también podrán protegerse".
Lucía entendió lo que el búho quería decirle. Decidió convocar a todos los animales del bosque y les explicó cómo podían ayudarse mutuamente para mantener alejados a los zorros malvados.
Los pájaros volaban en grupo sobre los zorros para distraerlos, mientras que los venados usaban sus astas para asustarlos. Los conejitos cavaron túneles secretos donde podían esconderse si eran perseguidos. La fuerza colectiva de todos los animales fue mucho más poderosa de lo que cualquier hada podría haber hecho sola.
Juntos lograron ahuyentar a los zorros malvados y devolver la paz al bosque. Lucía estaba feliz de ver cómo sus amigos habían aprendido a cuidarse unos a otros.
Sabía que no siempre estaría allí para protegerlos, pero confiaba en que ellos serían capaces de enfrentar cualquier desafío juntos. Desde aquel día, Lucía siguió viviendo en el campo rodeada de amigos. Aunque ya no necesitaba usar su magia para protegerlos, siempre estaba dispuesta a ayudar en lo que pudiera.
Y así, la historia de Lucía, el hada amiga de los animales, se convirtió en una leyenda en el bosque.
Los animales nunca olvidaron la lección que les enseñó: que cuando trabajamos juntos y nos cuidamos unos a otros, podemos superar cualquier obstáculo y encontrar la felicidad verdadera.
FIN.