Lucía y el Jardín de los Sueños
Había una vez una niña muy linda llamada Lucía, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas y ríos. A Lucía le encantaba explorar la naturaleza y siempre imaginaba que había un mundo mágico más allá de las colinas.
Un día, mientras caminaba por el bosque, Lucía encontró un mapa viejo y arrugado. "¡Mirá lo que encontré!"- exclamó emocionada. La curiosidad la llevó a seguir el mapa, que la guiaba hacia un lugar llamado ‘El Jardín de los Sueños’. "¿Qué será eso?"- se preguntó mientras corría con el viento.
Después de un rato, Lucía llegó a un claro donde había un hermoso jardín lleno de flores brillantes y árboles con frutas de colores. "¡Es increíble!"- dijo mientras se maravillaba con el paisaje. De repente, escuchó una voz. "Hola, pequeña. Bienvenida al Jardín de los Sueños."-
Lucía se volvió y vio a un hada diminuta, con alas de colores y una sonrisa radiante. "Soy Florcita, la guardiana del jardín. Aquí cada flor tiene un sueño y se alimenta de la bondad de los corazones."-
"¿Puedo ayudar?"- preguntó Lucía, entusiasmada.
"Por supuesto, pero hay algo especial que debes saber. El jardín necesita agua mágica que se encuentra en la fuente de la sabiduría, pero para llegar hasta allí, debes resolver un acertijo."-
"¡Estoy lista!"- exclamó Lucía.
Florcita explicó el acertijo: "Dos padres y dos hijos salen a pescar. Cada uno pesca un pez, pero solo hay tres peces en total. ¿Cómo es posible?"-
Lucía pensó por un momento. "¡Ya sé! Son un abuelo, un padre y un hijo. Entonces, hay tres personas, pero cuatro roles: dos padres y dos hijos."-
"¡Correcto! Eres muy inteligente, Lucía. El camino a la fuente se abrirá para ti."-
Con la respuesta correcta, un sendero iluminado apareció ante ella. Lucía caminó por el sendero, emocionada. Al llegar a la fuente, vio un agua brillante en la que reflejaban todos los colores del arcoíris. "¡Wooow!"- dijo admirada.
"Toma un poco y ve a tus sueños, pequeña. Pero recuerda, debes usarlo con sabiduría."-
dijo Florcita mientras Lucía llenaba su botellita.
Durante el camino de regreso, Lucía decidió detenerse y ayudar a un pajarito que había caído de su nido. "¡Ayudemos a este pajarito, Florcita!"- sugirió. "Calma, pequeña. Es noble tu corazón, pero recuerda que cada acción tiene su tiempo."-
Lucía entendió que a veces era mejor esperar. Decidió llevar al pajarito home y cuidarlo hasta que estuviera listo para volar de nuevo.
Cuando regresó al jardín, mostró a Florcita el pajarito. "Lo cuidaré hasta que pueda regresar con su familia. Eso también es ayudar, ¿verdad?"-
"Exactamente, Lucía. Además, este gesto ha hecho que el jardín florezca aún más. El amor y la bondad son el agua mágica más poderosa de todas."-
Lucía sonrió, ya había aprendido que ayudar a los demás no solo beneficiaba a las flores del jardín, sino que también llenaba su propio corazón de felicidad. Cuando fue a liberar al pajarito, vio cómo se unía a su familia en el cielo.
De regreso en su hogar, Lucía se sentía diferente. "Hoy ayudé a un pajarito y viví una aventura increíble. ¡Quiero seguir ayudando!"-
Las semanas pasaron, y con el agua mágica y una nueva perspectiva, Lucía hizo todo tipo de buenas acciones en su pueblo. Desde ayudar a sus vecinos hasta cuidar del medio ambiente. Cada sonrisa y cada gesto amable se convirtió en flores en el Jardín de los Sueños.
Al final de esa hermosa aventura, Lucía comprendió que la verdadera belleza no solo estaba en su apariencia, sino en su capacidad de amar y ayudar. Y así, ella se convirtió en la niña que trajo la magia al mundo, una buena acción a la vez.
FIN.