Lucía y el secreto del Fantasma Negro



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Espanto, un fantasma negro que sembraba el terror entre los habitantes.

Este fantasma era conocido como "El Fantasma Negro Terrible" y su mera presencia causaba escalofríos a todos los que se cruzaban en su camino. Un día, la valiente Lucía, una niña de ocho años con el pelo rizado y pecas en la nariz, decidió enfrentar al Fantasma Negro Terrible.

Todos en el pueblo le decían que era una locura acercarse a él, pero Lucía estaba decidida a demostrar que no tenía miedo.

Así que una noche oscura y fría, Lucía se armó de valor y se aventuró hacia el bosque donde se decía que el Fantasma Negro Terrible solía aparecer. A medida que avanzaba entre los árboles susurrantes, empezó a sentir un escalofrío recorrer su espalda. Pero siguió adelante con determinación. De repente, entre la niebla espesa, vio una figura oscura acercándose lentamente hacia ella.

Era el Fantasma Negro Terrible. Lucía contuvo la respiración y esperó lo peor. "¿Quién eres tú para desafiar mi poder?", dijo el fantasma con voz grave y siniestra.

Lucía tragó saliva y respondió temblorosa: "Soy Lucía, y he venido a demostrarte que no tengo miedo de ti. "El Fantasma Negro Terrible soltó una risa tenebrosa y dijo: "Nadie ha logrado enfrentarme antes.

¿Qué te hace pensar que tú podrás?"Lucía se mantuvo firme y dijo: "Porque sé que detrás de esa máscara de terror hay alguien que también puede tener miedo. "El fantasma se quedó sorprendido por las palabras de la valiente niña. Por primera vez en mucho tiempo, sintió algo distinto dentro de sí mismo.

Lentamente levantó su capucha negra y reveló un rostro triste y solitario. "¿Por qué deberías importarte por mí? Soy solo un ser hecho de sombras", murmuró el Fantasma Negro Terrible con tristeza en sus ojos vacíos.

Lucía se acercó lentamente al fantasma y extendió su mano pequeña hacia él. "Porque todos merecen tener alguien a quien no le tengan miedo", dijo con dulzura. El Fantasma Negro Terrible miró a Lucía con asombro e incredulidad.

Nunca había experimentado ese tipo de compasión antes. Poco a poco, comenzaron a conversar bajo la luz plateada de la luna, compartiendo historias y risas inesperadas. Con el correr del tiempo, el Fantasma Negro Terrible dejó de sembrar terror en Villa Espanto.

En cambio, se convirtió en amigo de Lucía y juntos ayudaron a embellecer el pueblo con actos amables para todos sus habitantes.

Y así fue como gracias al coraje y bondad de una niña valiente, El Fantasma Negro Terrible encontró la verdadera felicidad en compañía de amigos genuinos.

FIN.

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