Lucía y la travesía salvaje



Lucia era una niña muy aventurera. Le encantaba esquiar en la montaña, caminar por los senderos y conocer a todos los animales que vivían allí.

Un día, mientras esquiaba por la montaña, se encontró con un grupo de animales que parecían estar perdidos. - Hola, ¿están bien? - preguntó Lucia acercándose a ellos. - No sabemos dónde estamos -respondió el conejo asustado-. Nos hemos perdido.

Lucia sabía lo importante que era ayudar a los animales y decidió acompañarlos para encontrar su camino de regreso a casa. Mientras caminaban por la montaña, se encontraron con un río muy caudaloso. Los animales no podían cruzarlo y estaban preocupados.

- No te preocupes -dijo Lucia sonriendo-, yo sé cómo hacerlo. Y así fue como Lucia construyó un puente improvisado con ramas y piedras para que los animales pudieran cruzar el río sin problemas.

Pero cuando llegaron al final del sendero, descubrieron que habían llegado al otro extremo de la montaña y no había forma de regresar por donde habían venido. Los animales comenzaron a ponerse nerviosos otra vez, pero Lucia les tranquilizó:- No hay problema chicos. Siempre hay soluciones creativas para todo.

Entonces empezaron a caminar hacia abajo intentando encontrar alguna solución posible. Encontraron algunas cuevas donde podrían pasar la noche pero no tenían agua potable ni comida suficiente para pasar más días allí.

Fue entonces cuando Lucia tuvo una idea brillante:- ¡Ya sé! Podemos construir una balsa y cruzar el río para regresar a casa. Así fue como Lucia y los animales trabajaron juntos para construir la balsa. Utilizaron troncos de árboles, hojas grandes y ramas gruesas para hacerla flotar.

Y finalmente lograron cruzar el río juntos. Cuando llegaron al otro lado, los animales estaban muy felices de haber encontrado su camino de regreso a casa gracias a la ayuda de Lucia.

Le dieron las gracias por su valentía y espíritu aventurero. - ¡Eres una verdadera heroína! -dijo el zorro mientras le entregaba un hermoso collar hecho con flores silvestres-.

Lucia se sintió muy orgullosa de sí misma por haber ayudado a los animales y aprendió que siempre hay soluciones creativas para cualquier situación difícil. Desde ese día en adelante, nunca dejó de ser aventurera y siempre buscaba maneras de ayudar a quienes lo necesitaban.

FIN.

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