Lucía y la valentía en el bosque



Lucía estaba muy emocionada por su primera excursión con sus amigos del colegio. Iban a pasar la noche en un campamento en el bosque, algo que nunca antes había hecho.

A pesar de la emoción, también sentía nervios y un poco de miedo ante lo desconocido. -¡Chicos, ¿se imaginan dormir bajo las estrellas y escuchar los sonidos del bosque toda la noche? ! -dijo Martín, uno de sus amigos más entusiastas.

-¡Sí! Va a ser increíble -respondió Sofía, con una sonrisa radiante en su rostro. Lucía intentaba contagiarse de la emoción de sus amigos, pero por dentro seguía sintiendo ese nudo en el estómago.

No sabía cómo iba a reaccionar ante la oscuridad o los ruidos extraños de la naturaleza. Llegaron al campamento y comenzaron a armar las carpas mientras el sol se ponía lentamente en el horizonte. Lucía miraba a su alrededor, observando los árboles altos y escuchando el canto de los pájaros.

Todo era tan distinto a su habitación acogedora en casa. -¿Estás bien, Lucía? -preguntó Martín al notar la expresión preocupada en el rostro de su amiga. -Sí... solo estoy un poco nerviosa por todo esto.

Es mi primera vez haciendo algo así -respondió Lucía tímidamente. -Martín le puso una mano en el hombro y le dijo: -Tranquila, estamos todos juntos aquí. Vamos a cuidarnos unos a otros y hacer que esta sea una experiencia inolvidable.

Las risas y charlas alrededor del fogón ayudaron a relajar un poco los nervios de Lucía. Se dio cuenta de que no estaba sola, que sus amigos estaban ahí para apoyarla en todo momento.

Poco a poco, fue dejando atrás el miedo y abrazando la aventura que tenía por delante. Ya entrada la noche, todos se prepararon para ir a dormir en sus carpas.

Lucía se metió en su saco de dormir y miró hacia arriba, contemplando las estrellas brillantes sobre ella. Escuchaba los sonidos nocturnos del bosque con atención, pero esta vez lo hacía con asombro y curiosidad en lugar de miedo.

Al día siguiente, al despertar con los primeros rayos del sol filtrándose entre las ramas de los árboles, Lucía supo que aquella excursión había sido una experiencia transformadora para ella. Había enfrentado sus miedos, se había abierto a lo desconocido y descubierto lo valiente que podía llegar a ser cuando estaba rodeada de amigos amorosos.

-¡Buenos días! -saludó Lucía con una gran sonrisa al salir de su carpa. -¡Viste qué lindo es despertar en medio de la naturaleza! -exclamó Sofía emocionada.

Lucia asintió con entusiasmo: -¡Sí! ¡Ya quiero vivir muchas más aventuras como esta! Y así fue como LucÍa superó sus miedos e inseguridades gracias al apoyo incondicional de sus amigos y se convirtió en una valiente exploradora lista para seguir descubriendo el mundo que tenía frente a ella.

FIN.

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