Luciana, la guitarra que come niños
Había una vez en un pequeño pueblo de la Argentina, una guitarra muy especial llamada Luciana. Esta guitarra no era una guitarra común y corriente, ¡sino que comía niños! Sí, así como lo oyes. Luciana tenía la habilidad de atraer a los niños con su hermoso sonido y una vez que se acercaban, los engullía sin dejar rastro. Esto causaba gran temor en el pueblo y los niños tenían miedo de acercarse a cualquier instrumento musical.
Un día, llegó al pueblo un niño llamado Tomás, quien era un apasionado por la música. A pesar de haber escuchado las historias sobre Luciana, no le tenía miedo a las guitarras y decidió investigar por qué Luciana actuaba de esa manera.
Tomás pidió ayuda a su abuelo, Don Emilio, quien le contó una antigua leyenda sobre cómo una bruja malvada había lanzado un hechizo a la guitarra para vengarse de los niños del pueblo, ya que no le gustaba escuchar sus risas y canciones. Don Emilio también le dijo a Tomás que la manera de romper el hechizo era con una melodía llena de amor y bondad.
Con esta información, Tomás decidió enfrentarse a Luciana. Se acercó a la guitarra con valentía y comenzó a tocar una hermosa melodía llena de amor y alegría. Al escuchar la música, Luciana empezó a temblar y de repente, un destello de luz iluminó el pueblo, rompiendo el hechizo que la había atormentado por tanto tiempo.
Para sorpresa de todos, de la guitarra surgió una hada buena, quien agradeció a Tomás por liberarla del hechizo. La hada prometió proteger a los niños del pueblo y desde ese día, la música volvió a ser amada por todos.
Tomás se convirtió en un músico famoso y tocaba su guitarra en conciertos para niños de todo el mundo, transmitiendo siempre amor y bondad a través de su música. Luciana, por su parte, se convirtió en la guitarra más querida y respetada, dejando atrás su oscuro pasado.
Y colorín colorado, esta historia llena de valentía, amor y música ha terminado.
FIN.