Luciana y el poder del trabajo en equipo



Había una vez en Bogotá una niña llamada Luciana, que era conocida por ser muy malcriada y desobediente. Siempre hacía lo que quería sin importarle las consecuencias, desafiando a sus padres y maestros con su actitud rebelde.

Un día, mientras Luciana jugaba en el parque, vio a un grupo de niños ayudándose mutuamente a construir un fuerte de ramas y hojas. Intrigada por la escena, se acercó y les preguntó si podía unirse a ellos.

Los niños la miraron con recelo al principio, recordando la fama de Luciana como una niña malcriada. Pero decidieron darle una oportunidad. "¡Claro que sí! ¡Puedes ayudarnos a recolectar más ramas!", dijo Laura, la líder del grupo.

Luciana se emocionó al ser aceptada y comenzó a recolectar ramas junto con los demás niños. A medida que trabajaban juntos para construir el fuerte, Luciana notaba cómo los otros niños se divertían y reían juntos.

Por primera vez en mucho tiempo, se sentía parte de algo especial. Después de varias horas de trabajo duro, el fuerte estaba terminado. Los niños estaban felices y orgullosos de lo que habían logrado juntos.

Se sentaron dentro del fuerte y compartieron historias mientras disfrutaban del atardecer. Luciana reflexionó sobre su comportamiento pasado y cómo siempre había actuado egoístamente sin preocuparse por los demás. Se dio cuenta de lo gratificante que era trabajar en equipo y compartir momentos especiales con sus compañeros.

Al regresar a casa esa noche, Luciana decidió cambiar su actitud. Comenzó a escuchar más a sus padres y maestros, mostrando respeto hacia ellos y siendo más considerada con los demás niños.

Pronto, su familia notó el cambio en ella y estaban sorprendidos pero felices de verla tan comprometida. Con el tiempo, Luciana se convirtió en una niña amable, solidaria y respetuosa.

Ya no era conocida como la niña malcriada de antes, sino como alguien en quien podías confiar y contar. Y así fue como Luciana aprendió la valiosa lección de que trabajar en equipo y ser amable con los demás trae mucha más felicidad que actuar egoístamente.

Desde ese día en adelante, vivió felizmente rodeada de amigos que valoraban su nueva forma de ser.

FIN.

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