Luciano, el perro que no sabía ladrar



En un pintoresco pueblito de la provincia de Buenos Aires, vivía Luciano, un simpático perro que era conocido por todos por una peculiaridad: ¡no sabía ladrar! Aunque intentaba una y otra vez, solo lograba emitir extraños sonidos que nadie lograba entender.

Esto lo entristecía, ya que sentía que no encajaba con el resto de los perros del lugar. Un día, cansado de su frustración, decidió emprender un viaje en busca de ayuda.

Recorrió campos, montañas y ríos, hasta que finalmente llegó a un hermoso bosque donde vivía Don Simón, un sabio búho. - Buenas noches, Don Simón, ¿podría ayudarme? - preguntó Luciano con timidez. Don Simón, con su mirada perspicaz, entendió enseguida el problema de Luciano.

Le explicó que cada ser es único y especial, y que no era necesario ser como los demás para ser valioso.

Además, le reveló un gran secreto: Luciano tenía la habilidad de comunicarse con otros animales a través de sonidos especiales que solo él podía emitir. Con esta revelación, Luciano sintió una enorme alegría y confianza. Regresó a su pueblo y, en lugar de intentar ladrar, empezó a utilizar sus sonidos especiales para ayudar a sus amigos animales.

Los pájaros lo entendían, los conejos lo escuchaban y hasta los caballos seguían sus indicaciones. Luciano se convirtió en un valioso amigo para todos, y finalmente encontró su lugar en el mundo.

Desde entonces, enseñó a cada animal a valorar su propia singularidad y a buscar sus propias formas de comunicación. ¡Luciano descubrió que ser diferente era su mayor fortaleza!

FIN.

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