Luis Cuida el Medio Ambiente
Érase una vez un niño llamado Luis que vivía en un pequeño pueblo rodeado de naturaleza. Luis amaba jugar en el bosque, correr por el campo y observar a los pájaros. Sin embargo, un día mientras paseaba, notó algo preocupante. ¡El río que pasaba por el bosque estaba lleno de basura!
Descorazonado, Luis decidió que algo debía hacerse. "No puedo permitir que esto siga así"-, pensó. Entonces, decidió hablar con sus amigos, Yoli y Tomi.
"Chicos, tenemos que ayudar a limpiar el río. Está muy sucio"-, dijo Luis.
"Pero eso lleva mucho tiempo y trabajo"-, respondió Tomi, un poco desanimado.
"Sí, pero si todos ayudamos, será más fácil. Además, el río es nuestro amigo; sin él, los animales no tendrían agua"-, aseguró Luis con determinación.
Yoli, que era muy entusiasta, añadió: "También podríamos hacer carteles para que la gente no tire basura. ¡Así ayudamos a salvar a los peces!"-
Los tres amigos se pusieron a trabajar. Primero, organizaron un gran evento en la escuela. Invitaron a todos los compañeros y hasta a los adultos del pueblo para que se unieran a su misión. El día señalado, el sol brillaba con fuerza y el grupo estaba listo con guantes y bolsas de basura.
"Mirá, Luis, esa botella está atorada en unas piedras"-, señaló Yoli.
"Ayudame a sacarla"-, respondió Luis.
Con un poco de esfuerzo, lograron liberar la botella y seguir con la limpieza.
Las horas pasaron volando, y mientras recogían basura, Luis se dio cuenta de que algunos de sus amigos estaban lanzando los plásticos a la bolsa sin pensar.
"Chicos, hay que separar la basura. Lo reciclable debe ir en otro lugar"-, explicó Luis.
"No sabía que era tan importante separar."-, dijo Tomi, un poco avergonzado.
Fue entonces que Luis decidió crear un rincón de reciclaje en el pueblo. Con la ayuda de Yoli y Tomi, construyeron unos contenedores de cartón pintados de colores.
"Así la gente podrá saber qué es basura y qué podemos reciclar"-, dijo Yoli emocionada.
La comunidad empezó a unirse a ellos. La noticia de la limpieza del río se había corrido y más personas querían participar en su proyecto. Algunos adultos traían materiales reciclables para ayudar a Luis y sus amigos, mientras que otros traían comida y bebida para compartir en el almuerzo.
El pueblo comenzó a cambiar. Cada semana, las familias participaban de la limpieza del río y el cuidado del bosque. Luis estaba feliz, pero un día, mientras caminaba por el bosque, se topó con algo que lo dejó helado: una gran máquina y un grupo de trabajadores estaban talando algunos árboles.
"¿Qué están haciendo?"-, preguntó Luis, con la voz temblando de miedo.
"Estamos construyendo un nuevo edificio aquí, niño. Es un proyecto muy importante"-, respondió uno de los trabajadores, sin prestar mucha atención.
"Pero, eso dañará el hogar de muchos animales"-, dijo Luis, preocupándose cada vez más.
Frustrado, corrió al pueblo. Les contó a Yoli y a Tomi lo que había visto.
"No podemos dejar que destruyan el bosque"-, dijo Luis con determinación.
"Hagamos una reunión con los adultos. Ellos deben saber lo que está pasando"-, sugirió Yoli.
Así que organizados y decididos, presentaron su caso en la próxima reunión del pueblo. Para su sorpresa, muchos adultos se unieron a ellos.
"La naturaleza es nuestra amiga, debemos protegerla"-, dijo una señora mayor.
"Es cierto, debemos pensar en nuestro futuro y en el de nuestros hijos"-, añadió un abuelo.
Los adultos decidieron parar la construcción y organizaron un encuentro con el municipio para crear un espacio natural que preservara el bosque. Luis no podía creerlo.
"¡Lo logramos!"- gritó emocionado.
"Sí, nuestros esfuerzos valieron la pena"-, dijo Tomi.
"Sí, debemos seguir cuidando nuestra naturaleza, cada uno desde su lugar"-, concluyó Yoli.
Desde entonces, el pueblo se volvió ejemplo de cuidado y respeto por el medio ambiente. Luis, Yoli y Tomi continuaron promoviendo el reciclaje, la limpieza y el cuidado de los espacios verdes.
Y así, Luis se convirtió en un verdadero héroe para la naturaleza, pero sabía que lo más importante era que todos juntos podían marcar la diferencia. Cada pequeña acción cuenta y juntos cambiaron su mundo.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.