Luli y el misterio del jardín encantado


Luli era una niña pequeña y amable que amaba el chocolate y los dulces, le gustaba leer y jugar. Un día, mientras paseaba por el jardín de su abuela, encontró una puerta secreta escondida tras unos arbustos.

Con valentía, decidió abrirla y descubrió un jardín encantado lleno de flores de colores brillantes y árboles frutales. Entusiasmada, Luli comenzó a explorar el lugar. De repente, escuchó una risa dulce proveniente de detrás de un rosal.

Al acercarse, se encontró con un duendecillo diminuto llamado Pomponio, quien le dijo: -¡Hola, Luli! Soy el guardián del jardín encantado. ¿Quieres ayudarme a resolver un misterio? Al parecer, alguien está robando las deliciosas frutas de los árboles y debemos descubrir quién es.

Luli, emocionada por la idea de ser parte de una aventura, aceptó ayudar a Pomponio. Juntos, decidieron esconderse durante la noche para atrapar al culpable. Pasaron horas en silencio, observando con atención. De repente, escucharon ruidos provenientes de los árboles.

En un instante, vieron a un zorro travieso trepando para tomar las frutas. Pomponio y Luli, con astucia, lograron espantar al zorro y proteger el jardín encantado.

Desde ese día, Luli se convirtió en la amiga oficial de Pomponio y ambos compartieron momentos mágicos en el jardín. Luli aprendió que la amistad y la valentía pueden resolver los misterios más grandes, y que incluso los más pequeños pueden lograr grandes cosas.

Y así, con una sonrisa, regresó a casa a contarle a su abuela sobre su emocionante aventura en el jardín encantado.

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