Lulu y el Viaje de los Sueños



Había una vez una joven llamada Lulu que, a sus 21 años, tenía un gran sueño: quería estudiar trabajo social para ayudar a los demás. Vivía en una ciudad colorida y bulliciosa, llena de rascacielos y parques. Un día, mientras se preparaba para su primer día de clases, conoció a Ander, un chico encantador con una sonrisa que iluminaba cualquier habitación.

"¡Hola! Soy Ander, ¿también venís a estudiar?" - preguntó él, lleno de entusiasmo.

"¡Sí! Soy Lulu. Estoy emocionada, pero un poco nerviosa" - respondió ella, sonrojándose.

Con el tiempo, la amistad entre Lulu y Ander se convirtió en un hermoso romance. Pasaban las tardes juntos, hablando de sus sueños y de cómo cambiarían el mundo. Ander quería ser artista y usar su talento para inspirar a otros. Lulu se sentía feliz al compartir su vida con él y juntos soñaban con un futuro lleno de aventuras.

Sin embargo, no todo sería tan sencillo. Un día, Lulu recibió una noticia inesperada: su familia había decidido mudarse a otro país por motivos de trabajo. Tenía que partir en tres meses, y el corazón de Lulu se llenó de tristeza.

"No puedo creer que tengo que irme..." - sollozó Lulu.

"Vamos a hacer lo que sea para pasar el mejor tiempo posible, ¿sí?" - respondió Ander, intentando consolarla.

Ellos decidieron aprovechar cada momento que quedaba. Visitaron sus lugares favoritos: el parque donde se conocieron, la heladería donde compartieron risas y secretos, e incluso el teatro donde Ander actuaba a menudo. Durante esas semanas, sintieron que cada instante era un tesoro.

Una tarde, mientras paseaban por un hermoso jardín, Ander le dijo:

"Lulu, antes de que te vayas, quiero darte algo especial".

"¿Qué es?" - preguntó ella, curiosa.

Ander sacó un pequeño cuaderno del bolsillo.

"Es un diario. Quiero que escribas sobre tus sueños, tus aventuras en el nuevo país, y todo lo que sientas. Te lo enviare cada vez que pueda".

Lulu sonrió, emocionada, pero también sintió un nudo en el estómago. Sabía que tendría que dejar atrás a Ander y su vida en esa ciudad. Sin embargo, decidió que no permitiría que la distancia apagara su amor.

El día de la mudanza llegó, y Lulu abrazó a Ander con fuerza, dispuesta a transformar la tristeza en esperanza.

"Prometeme que juntos vamos a cumplir nuestros sueños, sin importar la distancia".

"¡Lo prometo! A donde vayas, siempre estaré contigo, al menos en tus recuerdos" - le contestó Ander, mientras una lágrima resbalaba por su mejilla.

Con el corazón apesadumbrado, Lulu se subió al avión con su diario en mano, lista para comenzar una nueva vida. A lo largo de su viaje, cada página del cuaderno se llenó de historias de su vida en el nuevo país, de amigos nuevos y experiencias fascinantes. Y siempre recordaba las enseñanzas y el apoyo que le dio Ander.

Pasaron los meses y aunque la distancia era difícil de sobrellevar, Lulu nunca olvidó a Ander. Se escribían cartas y mensajes, compartían sus vidas y sueños. Un día, Ander le envió un dibujo de un hermoso paisaje con un mensaje.

"Estés donde estés, siempre llevarás la luz y el amor de nuestra amistad dentro de vos. Sigue brillando, Lulu".

Con cada palabra de Ander, Lulu sentía que su amor seguía vivo, incluso a kilómetros de distancia. Siguió trabajando en sus sueños, y poco a poco, se fue convirtiendo en la trabajadora social que siempre soñó ser.

Al final, Lulu aprendió que aunque las cosas cambian, el cariño que compartimos puede perdurar y ayudarnos a lograr nuestros sueños, sin importar la distancia. También supo que cada persona que conocemos en nuestras vidas nos deja una huella y nos ayuda a crecer.

Y así, Lulu y Ander, a pesar de no estar juntos físicamente, siempre encontraron la manera de apoyarse desde lejos, aprendiendo que el amor y la amistad pueden superar cualquier obstáculo en la vida.

Y de esta forma, juntos, lucharon por cumplir sus sueños, llevando su luz a muchas más personas en el camino.

FIN.

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