Luna aprende una lección
Había una vez un gatito llamado Luna que vivía en una casa pequeña y acogedora con su dueño, Tomás. Luna era muy feliz en su hogar, pero siempre estaba buscando aventuras.
Una noche, mientras Tomás dormía profundamente, Luna decidió salir de la casa para explorar el vecindario. Mientras caminaba por las calles vacías, se encontró con otro gato llamado Simón. "Hola Luna, ¿qué haces por aquí tan tarde?" -preguntó Simón curioso.
"Solo estoy dando una vuelta nocturna" -respondió Luna con una sonrisa. "Cuidado con los perros del barrio" -advirtió Simón. "Son muy peligrosos a estas horas". Pero Luna no le hizo caso y continuó su camino.
De repente, vio un plato lleno de comida deliciosa en el jardín de una casa cercana. Sin pensarlo dos veces, se acercó para probarla. Sin embargo, cuando empezó a comer se dio cuenta de que algo andaba mal: la comida estaba envenenada.
Empezó a sentirse mareado y débil hasta que finalmente cayó al suelo inconsciente. Cuando despertó se encontraba en un lugar desconocido rodeado de otros gatos enfermos como él.
Allí descubrió que habían caído víctimas del mismo veneno y estaban siendo cuidados por una mujer amable llamada Martina quien los había encontrado abandonados en la calle. "¿Cómo llegué aquí?" -preguntó Luna confundido. "¿Dónde está mi casa?"Martina explicó lo ocurrido y le advirtió que debía tener mucho cuidado en sus aventuras nocturnas.
Luna se sintió muy triste y arrepentido por no haber escuchado los consejos de Simón. "No te preocupes, pequeño gatito" -dijo Martina con una sonrisa. "Te ayudaremos a recuperarte y pronto volverás a casa con tu dueño".
Durante su estadía allí, Luna aprendió muchas cosas sobre la importancia de ser prudente y prestar atención a las advertencias. También hizo muchos amigos nuevos entre los otros gatos enfermos que estaban siendo atendidos por Martina.
Finalmente llegó el día en que Luna fue dado de alta y pudo regresar a su hogar junto a Tomás. Desde entonces, nunca más salió solo durante la noche y siempre recordaba las lecciones que había aprendido gracias a su aventura nocturna.
La historia de Gato luna casa comida noche nos enseña la importancia de escuchar los consejos de aquellos que tienen más experiencia que nosotros y ser precavidos al enfrentarnos a situaciones desconocidas para evitar poner en riesgo nuestra vida o salud.
FIN.