Luna y el dragón de las semillas del renacer



Había una vez una hermosa yegua llamada Luna, que vivía en una chacra rodeada de maíz dorado.

Luna era muy feliz junto a su familia de caballos, pero un día algo triste ocurrió: una gran tormenta arrasó con todos los cultivos de la chacra, incluyendo el maíz que era la principal fuente de alimento para ellos. La familia de Luna se preocupó mucho por cómo iban a sobrevivir sin comida suficiente y pronto comenzaron a debilitarse.

Pero Luna no se rindió y decidió buscar ayuda en el bosque cercano. Allí encontró a un viejo búho sabio que le dijo "Luna, si quieres ayudar a tu familia tienes que buscar las semillas del renacer".

Y así fue como Luna emprendió una aventura llena de peligros para encontrar esas semillas mágicas. Después de varios días caminando bajo el sol ardiente, llegó finalmente al lugar donde crecían las semillas del renacer.

Pero había un problema: estaban protegidas por un dragón feroz que no permitía acercarse a nadie. Luna estaba asustada pero recordó las palabras del búho sabio "siempre hay una manera" y decidió intentarlo.

Se acercó al dragón con valentía y este la miró sorprendido: nunca antes había visto a alguien tan pequeño enfrentándose a él. "¿Qué haces aquí?"- preguntó el dragón gruñendo. "Vengo en busca de las semillas del renacer para mi familia"- respondió Luna con determinación.

El dragón se quedo pensativo unos instantes y luego dijo "sólo permitiré que te lleves las semillas si logras superar mi prueba. Deberás correr a toda velocidad alrededor de esta montaña tres veces sin detenerte". Luna sabía que era una tarea difícil, pero no se rindió.

Comenzó a correr y el dragón la observaba con sorpresa mientras daba vueltas y vueltas sin parar. Finalmente, Luna completó la tercera vuelta y regresó triunfante frente al dragón. Este cumplió su promesa y le entregó las semillas del renacer.

Luna volvió a su chacra donde plantaron las semillas mágicas con mucho cuidado. Poco tiempo después, renació un nuevo campo de maíz más grande y más hermoso que nunca antes habían visto.

La familia de Luna estaba muy feliz y agradecida por todo lo que había hecho para salvarlos. Y así aprendieron todos juntos que siempre hay una manera de enfrentar los problemas, incluso cuando parecen imposibles de resolver.

Desde ese día en adelante, la chacra prospero gracias al esfuerzo valiente de Luna quien demostró que con perseverancia y determinación se pueden lograr grandes cosas.

FIN.

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