Luna y el río limpio


Había una vez, en un hermoso bosque asturiano, una pequeña y encantadora Xana llamada Luna. Luna vivía felizmente en un río cristalino rodeado de árboles frondosos y flores coloridas.

A ella le encantaba nadar entre las aguas frescas y jugar con los animales del bosque. Un día, cuando Luna salió de su hogar para disfrutar del sol brillante, se llevó una terrible sorpresa. Su amado río estaba lleno de basura y desechos que flotaban por todas partes.

La tristeza invadió el corazón de la Xana al ver cómo su hogar había sido contaminado. Luna decidió tomar acción y escribió una carta a dos amigos muy especiales: el trasgu Pepe y el Diañu Ramón.

Les explicó lo que había sucedido y les pidió ayuda para limpiar el río. Al recibir la carta, Pepe y Ramón no dudaron ni un segundo en acudir al llamado de Luna.

Sabían que era importante cuidar la naturaleza para mantenerla hermosa y saludable. Cuando llegaron al río, quedaron impactados por la cantidad de basura que había allí.

Pero no se dieron por vencidos; con sus manos hábiles comenzaron a reagarrar cada pedacito de basura mientras Luna los animaba desde la orilla. "¡Vamos chicos! ¡Estamos haciendo algo maravilloso por nuestro hogar!", exclamaba emocionada Luna. Pepe saltaba entre las piedras buscando botellas vacías mientras Ramón utilizaba su magia para hacer desaparecer los plásticos dañinos.

Trabajaron duro durante horas, sin descansar, hasta que el río volvió a brillar como antes. Cuando terminaron, los tres amigos se sentaron en la orilla del río para admirar su trabajo.

Estaban cansados pero felices, sabiendo que habían hecho algo importante por el medio ambiente. "Gracias Luna por haber pedido nuestra ayuda", dijo Pepe con gratitud. "Y gracias a ustedes dos por venir y ayudarme a limpiar nuestro hogar", respondió Luna con una sonrisa radiante.

Desde aquel día, Luna, Pepe y Ramón se convirtieron en un gran equipo de guardianes del bosque. Juntos organizaron campañas de limpieza e invitaron a todos los animales y seres mágicos del bosque a cuidar y proteger su entorno natural.

La historia de la Xana Luna enseña a los niños sobre la importancia de cuidar el medio ambiente y cómo pequeñas acciones pueden marcar una gran diferencia.

Nos muestra cómo trabajar juntos puede lograr cosas sorprendentes y nos inspira a ser conscientes de nuestras acciones para preservar la belleza del mundo que nos rodea.

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