Luna y el Secreto de las Manos Limpias
Luna era una niña curiosa y soñadora, a la que le encantaba pasar horas jugando en el jardín de su casa.
Un día, mientras dormía, sus manos cobraron vida en su sueño y comenzaron a acariciarle la cara, expresando tristeza por no haberse lavado las manos en varios días.
"¡Luna, estamos muy tristes! No nos has lavado y no podemos ayudarte a comer las frutas saludables que tanto te gustan", le dijeron sus manos con apuro.
Luna se sorprendió al escuchar a sus manos hablar y se sintió avergonzada al darse cuenta de que no había prestado atención a su higiene.
Entonces, sus manos le propusieron comer con las manos sucias esa vez, pero Luna comenzó a dudar.
De repente, un hada pequeñita y brillante apareció en su sueño, y con voz suave le dijo: "Luna, las frutas son mágicas y saludables, pero es importante lavarse las manos para no enfermarse".
Luna se quedó pensativa, mirando la chispeante hada, quien le explicó que lavarse las manos era una manera sencilla de cuidar su salud y la de su familia.
A partir de ese momento, Luna decidió que siempre se lavaría las manos antes de comer, para disfrutar de las deliciosas frutas sin preocupaciones.
Al despertar, Luna recordó su sueño y se levantó decidida a seguir el consejo del hada y de sus manos.
Desde entonces, se convirtió en la defensora del lavado de manos en su casa, recordando a su familia la importancia de la higiene para mantenerse saludables. Todos la admiraron por su responsabilidad y dedicación, y Luna se sintió feliz de haber aprendido una lección tan importante.
Desde ese día, el hada pequeñita y brillante la acompañó en sus sueños, recordándole la importancia de cuidarse y cuidar a los demás. Y Luna aprendió que los sueños, a veces, pueden darnos lecciones que nos guiarán en nuestra vida diaria.
FIN.