Luna y la lección de gratitud



Luna era una niña malagradecida que siempre quería más y nunca estaba contenta con lo que tenía. Un día, conoció a Lucía, una mujer sabia y amable que le enseñó una lección muy importante.

Luna vivía en una hermosa casa con jardín, pero siempre se quejaba de que no tenía suficientes juguetes o ropa bonita. Un día, Lucía la encontró llorando en el parque y le preguntó qué le sucedía. Luna le contó todas sus quejas, y Lucía decidió ayudarla.

Llevó a Luna a un barrio muy pobre, donde la gente vivía en casas pequeñas y simples. Allí, conocieron a María, una niña de la misma edad que Luna, pero que no tenía juguetes ni ropa bonita. A pesar de su situación, María siempre estaba sonriendo y agradecida por lo que tenía.

Lucía explicó a Luna que la verdadera felicidad no viene de tener muchas cosas, sino de saber apreciar lo que se tiene. Luna comenzó a darse cuenta de que, a pesar de no tener tantos juguetes como otros niños, ella era afortunada de tener una familia amorosa y una casa hermosa.

A medida que Luna pasaba más tiempo con María, aprendió a ser agradecida por las pequeñas cosas de la vida. Ahora, Luna valora cada momento con su familia, sus amigos y los regalos que recibe. Aprendió que la gratitud es una de las actitudes más importantes que uno puede tener, y que hace que la vida sea mucho más feliz. Desde ese día, Luna era una niña feliz y agradecida, y su corazón estaba lleno de alegría y amor.

FIN.

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