Luna y los amigos del bosque


Había una vez, en un bosque encantado, una pequeña ardilla llamada Luna. Luna era la más veloz de su grupo y siempre estaba buscando aventuras emocionantes.

Un día, mientras saltaba de rama en rama, Luna se distrajo y perdió el equilibrio. Cayó desde lo alto del árbol hasta el suelo con un fuerte golpe. Por suerte, no se lastimó gravemente pero estaba asustada y sola en medio del bosque.

Justo en ese momento apareció Tom, un perro muy amigable que paseaba por el bosque junto a su dueño. Al ver a Luna tendida en el suelo, corrió hacia ella para ayudarla. "¿Estás bien?", preguntó Tom preocupado. "Sí...

solo tengo un poco de miedo", respondió Luna tímidamente. Tom decidió quedarse con ella hasta que se recuperara y le ofreció algo de comida para animarla. Fue entonces cuando apareció Pepe, un zorro astuto que había estado observando todo desde lejos.

"¡Qué rico se ve eso!", dijo Pepe acercándose al plato de comida. "Es para mi nueva amiga", respondió Tom firmemente. "Pero si yo también tengo hambre... ", insistió Pepe intentando robar la comida.

Juanita, la dueña de Tom, había notado la discusión entre los animales y decidió intervenir:"Pepe, no es correcto querer quitarle la comida a alguien más. Todos merecemos tener suficiente alimento para vivir felices". "Tienes razón Juanita", admitió Pepe avergonzado por su comportamiento egoísta.

A partir de ese día, Luna, Tom, Pepe y Juanita se convirtieron en amigos inseparables. Aprendieron a compartir y ayudarse mutuamente, y juntos descubrieron las maravillas que el bosque encantado tenía para ofrecer.

La historia de Luna, Tom, Pepe y Juanita nos enseña la importancia de ser amables y generosos con los demás. Además, nos recuerda que la amistad puede surgir de lugares inesperados si estamos dispuestos a abrir nuestros corazones.

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