Lunita y el bosque solidario
En lo más profundo del bosque vivía una pequeña llama llamada Lunita. Ella era curiosa y valiente, siempre explorando cada rincón de su hogar entre los árboles altos y el suelo cubierto de hojas.
Un día, mientras jugaba cerca de un arroyo, Lunita vio algo que la dejó sorprendida: un fuego comenzaba a extenderse por el bosque. Se puso nerviosa al darse cuenta del peligro que representaba el incendio para todos los seres que habitaban allí.
Sin pensarlo dos veces, Lunita decidió actuar. Corrió tan rápido como pudo hacia donde estaban los animales del bosque y les advirtió sobre el fuego que se acercaba.
"¡Despierten! ¡Despierten! ¡Hay un incendio en el bosque! Tenemos que buscar una manera de apagarlo antes de que sea demasiado tarde", gritó Lunita con determinación. Los animales se alarmaron al escuchar las palabras de la pequeña llama, pero rápidamente se pusieron en acción.
El zorro propuso cavar zanjas para detener el avance del fuego, la ardilla sugirió llevar agua en sus mejillas para intentar apagar las llamas y el búho ofreció volar alto para buscar ayuda. Todos trabajaron juntos siguiendo el plan improvisado por Lunita.
A pesar del miedo y la incertidumbre, no se dieron por vencidos. Cada uno aportó su granito de arena para combatir el incendio que amenazaba su hogar.
El tiempo pasaba y las llamas parecían imparables, pero gracias al esfuerzo conjunto de los animales lograron controlar el incendio poco a poco hasta extinguirlo por completo. Al finalizar la ardua tarea, los animales del bosque rodearon a Lunita con gratitud y admiración.
Habían aprendido una valiosa lección sobre trabajo en equipo, solidaridad y perseverancia gracias a la valentía de la pequeña llama. Desde ese día, Lunita se convirtió en una heroína para todos en el bosque.
Su espíritu intrépido e inspirador recordaba a cada habitante la importancia de estar unidos frente a las adversidades y cuidar juntos su preciado hogar natural.
FIN.