Lupita y el secreto de crecer



Había una vez una niña llamada Lupita, quien un día despertó y de repente se dio cuenta de que ya había crecido. Se miró en el espejo y descubrió que no era la misma niña pequeña de antes. Sus juguetes ya no la entretenían y las cosas que solía hacer ya no le parecían divertidas. Lupita se sintió confundida y triste, pero decidió hacer algo al respecto.

Esa misma mañana, salió a pasear por el bosque, tratando de ordenar sus pensamientos. Mientras caminaba, se encontró con una mariposa muy especial que brillaba con colores mágicos. La mariposa le contó que ella también había pasado por momentos confusos cuando era pequeña, pero que había descubierto un secreto que la había ayudado a entender y aceptar su crecimiento.

Intrigada, Lupita le pidió a la mariposa que le revelara ese secreto. La mariposa le dijo: "El secreto está en mirar hacia adelante y no hacia atrás. Aunque extrañes ser una niña, el crecer te permitirá vivir nuevas aventuras, conocer nuevas personas y descubrir el mundo de una manera diferente. Es un regalo que debes aprender a apreciar".

Lupita reflexionó sobre las palabras de la mariposa y decidió emprender su viaje de crecimiento con una actitud positiva. A medida que los días pasaban, descubrió nuevas pasiones y talentos que no sabía que tenía. Aprendió a tocar el piano, a pintar y a escribir historias; cosas que antes ni siquiera se le habían cruzado por la cabeza.

Además, al crecer, Lupita también aprendió a ser más responsable y a tomar decisiones por sí misma. Comenzó a ayudar en casa, a cuidar de su mascota y a ser una buena amiga. Se dio cuenta de que, aunque extrañaba su infancia, también había muchas cosas emocionantes que le esperaban en el futuro.

Finalmente, Lupita entendió que el crecer no significaba dejar atrás su niñez, sino integrarla a su vida adulta de una manera equilibrada. Aceptó que era normal sentir nostalgia por los tiempos pasados, pero que también tenía el poder de crear nuevos recuerdos maravillosos en su camino hacia la adultez.

Y así, Lupita abrazó su crecimiento con valentía y alegría, sabiendo que siempre llevaría consigo el espíritu curioso y juguetón de su niña interior.

FIN.

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