Lupito, el lobo amable en la playa
Había una vez un lobo llamado Lupito, que era muy diferente a los demás lobos. A diferencia de sus congéneres, Lupito no tenía gusto por cazar y devorar animales indefensos.
Él prefería pasar el tiempo ayudando a otros y siendo amable con todos. Un día, Lupito decidió tomarse unas merecidas vacaciones en la playa. Estaba emocionado por disfrutar del sol, el mar y la arena.
Pero sabía que su apariencia de lobo podía generar miedo en las personas, así que se le ocurrió una idea: disfrazarse como un perro grande y amigable. Cuando llegó a la playa con su disfraz, todos pensaron que era solo otro perro común y corriente.
Así que Lupito pudo mezclarse fácilmente entre los demás bañistas sin causar ningún temor. Mientras caminaba por la orilla del mar, vio a un grupo de niños construyendo castillos de arena. Uno de ellos parecía estar triste porque su castillo se había derrumbado.
Lupito se acercó al niño y dijo: "-Hola, ¿necesitas ayuda? Soy experto en construir castillos de arena". El niño lo miró con asombro pero aceptó felizmente su oferta.
Juntos comenzaron a construir el castillo más grande y hermoso que jamás hubiera visto la playa. Los demás niños se acercaron curiosos para ver qué estaba pasando. Al ver al lobo ayudando al niño, algunos sintieron miedo e intentaron alejarse rápidamente.
Pero luego notaron lo amable y servicial que era Lupito, así que decidieron quedarse y unirse a la diversión. Pronto, Lupito se convirtió en el amigo favorito de todos los niños de la playa.
Jugaron al vóley, hicieron castillos de arena y corrieron por la orilla del mar riendo a carcajadas. Sin embargo, mientras todos disfrutaban del día en la playa, una fuerte tormenta comenzó a acercarse rápidamente. El cielo se oscureció y los truenos retumbaron en el horizonte.
Los padres se preocuparon por sus hijos y empezaron a llamarlos para irse a casa antes de que llegara la tormenta. Pero había un niño que estaba atrapado en una pequeña isla rocosa debido a las olas cada vez más altas.
Lupito no dudó ni un segundo en actuar. Sabía que tenía que ayudar al niño antes de que fuera demasiado tarde. Nadó con todas sus fuerzas hasta llegar donde estaba el niño asustado.
"-¡Agárrate fuerte! ¡Voy a sacarte de aquí!", le gritó Lupito al niño mientras luchaba contra las olas furiosas. Finalmente, logró llevarlo sano y salvo hasta la orilla. Los padres aplaudieron emocionados ante tal acto heroico y abrazaron al lobo bueno como si fuera uno más de su familia.
A partir de ese día, Lupito fue conocido como "el lobo salvavidas" entre los habitantes de la playa. Todos entendieron que no hay que juzgar por las apariencias y aprendieron el valor de ser amables con quienes son diferentes.
Lupito continuó visitando la playa durante muchos años, ayudando y divirtiéndose con todos los que allí se encontraban.
Y así, el lobo bueno demostró que no importa cómo te veas por fuera, lo que realmente importa es la amabilidad y el amor que llevas en tu corazón. Fin.
FIN.