Luquita y su ángel verde


Había una vez un niño llamado Luquita, quien tenía un ángel de la guarda muy especial. Este ángel era diferente a los demás, pues no solo lo protegía y cuidaba, sino que también le enseñaba muchas cosas.

Un día, mientras Luquita estaba jugando en su jardín, su ángel se le apareció frente a él. "Hola Luquita ¿Cómo estás hoy?"- preguntó el ángel con una sonrisa. "Estoy bien gracias"-respondió Luquita algo sorprendido por ver a su amigo angelical.

"Hoy te voy a enseñar algo nuevo"- dijo el ángel mientras sacaba de su bolsillo una pequeña semilla. "Esta es una semilla de girasol. Vamos a plantarla juntos y veremos cómo crece".

Luquita estaba emocionado por aprender algo nuevo y rápidamente comenzaron a cavar un agujero en la tierra para plantar la semilla. Juntos regaron la tierra y esperaron pacientemente. Días después, empezó a brotar una pequeña planta verde del agujero donde habían plantado la semilla.

El ángel explicó que esa pequeña planta eventualmente se convertiría en un hermoso girasol amarillo si se cuidaba adecuadamente. Luquita estaba fascinado con el proceso de crecimiento de las plantas y quería aprender más sobre ellas.

Con ayuda del ángel, empezó a cultivar diferentes tipos de flores en su jardín y aprendió mucho sobre cómo cuidarlas correctamente para que prosperen.

Sin embargo, un día mientras jugaba en el parque cercano al colegio junto con sus amigos, Luquita se cayó de un árbol y se lastimó el brazo. "Ayuda, necesito ayuda"- lloraba Luquita mientras su ángel aparecía a su lado. "Tranquilo amigo, no te preocupes.

Vamos a llevarte al hospital y todo va a estar bien"- dijo el ángel con una sonrisa tranquilizadora. Luquita estaba asustado pero sabía que podía confiar en su ángel de la guarda para cuidarlo. Después de ser atendido por los médicos, regresaron a casa juntos.

A partir de ese día, Luquita empezó a entender que tener un ángel guardián significaba mucho más que solo aprender cosas nuevas y cultivar plantas bonitas. También significaba tener alguien que lo protegiera y cuidara en momentos difíciles.

Gracias al amoroso cuidado del ángel de la guarda, Luquita aprendió muchas lecciones importantes sobre la vida y creció feliz y saludable rodeado del amor incondicional del angelical protector.

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