Luz en Dulce Sueño


Había una vez en un pueblo encantado llamado Dulce Sueño, donde todo era alegría y color.

Sin embargo, un día algo extraño sucedió: los recuerdos de los habitantes empezaron a desvanecerse poco a poco, como si alguien hubiera robado sus memorias. María, una niña valiente y decidida, decidió emprender un viaje al Bosque de las Pesadillas para encontrar la legendaria mariposa de cristal, la cual tenía el poder de devolver los recuerdos perdidos a quienes la encontraran.

El Bosque de las Pesadillas era un lugar oscuro y misterioso, lleno de árboles retorcidos y sombras que parecían moverse por sí solas.

María avanzaba con paso firme, recordando las palabras sabias de su abuela: "Enfrenta tus miedos con valentía y encontrarás lo que buscas". De repente, entre la neblina espesa del bosque, María vio un destello brillante. Era la mariposa de cristal revoloteando grácilmente entre las ramas.

Sin dudarlo, María se acercó con cuidado y logró atraparla en sus manos temblorosas. -¡Oh mariposa de cristal, por favor ayúdame a recuperar los recuerdos perdidos de mis amigos! -imploró María con voz suave.

La mariposa comenzó a brillar intensamente y en ese instante un haz de luz iluminó el camino de regreso a Dulce Sueño. María sintió cómo el peso en su corazón se aligeraba al saber que pronto sus amigos recuperarían sus recuerdos.

Al llegar al pueblo, María liberó con cuidado a la mariposa de cristal quien revoloteó felizmente hacia cada uno de los habitantes. Uno a uno fueron despertando como si salieran de un largo sueño; recordaban risas compartidas, momentos felices y abrazos cálidos.

Gracias a la valentía y determinación de María, todos en Dulce Sueño pudieron recuperar lo más preciado: sus recuerdos. La niña comprendió entonces que no hay obstáculo demasiado grande cuando se enfrenta con amor y coraje.

Desde ese día en adelante, el Bosque de las Pesadillas se convirtió en el Bosque del Recuerdo; un lugar lleno de luz y esperanza donde nunca más se perderían los recuerdos gracias al poder sanador e inquebrantable del amor verdadero.

Y así fue como María enseñó a todos que siempre hay una luz brillante capaz de iluminar incluso las sombras más oscuras.

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