Luz y el Bosque Mágico
En lo alto de una montaña, vivía una niña llamada Luz con su abuela Elena y muchos animales. Cada mañana, Luz se despertaba con el canto de los pájaros y el suave murmullo del viento entre los árboles. Estaba muy feliz en su hogar.
Luz amaba explorar el bosque que rodeaba su casa.
"¡Mirá, abuela!" - decía, señalando a las mariposas que danzaban. "Son tan hermosas, ¿no?"
"Sí, querida, pero recordá siempre cuidar de ellas y de su hogar. La naturaleza es muy importante" - respondía su abuela.
Un día, mientras jugaba cerca del río, Luz encontró algo extraño: un pedazo de plástico flotando.
"¡Oh no!" - exclamó. "Esto no debería estar aquí. ¡Voy a recogerlo!"
Luz se agachó, recogió el plástico y lo guardó en su mochila. Decidió que era hora de hacer algo grande.
"Abuela, quiero ayudar al bosque. ¡Voy a organizar una limpieza!"
"¡Qué idea tan maravillosa, Luz!" - dijo Elena, sonriendo con orgullo. "Invitemos a los vecinos y hazlo divertido."
Luz corrió a hablar con sus amigos y vecinos.
"¡Vengan! El sábado haremos una limpieza del bosque, habrá juegos y sorpresas!"
El día de la limpieza, todos llegaron con guantes y bolsas. Luz estaba emocionada.
"Gracias por venir, amigos. ¡Juntos haremos una gran diferencia!"
Mientras recogían, encontraron muchos objetos, pero también vieron algo sorprendente: un pequeño nido de pajaritos en el suelo.
"¡Cuidado! No podemos mover el nido. Los pajaritos necesitan su hogar" - dijo Luz.
Todos estuvieron de acuerdo y decidieron construir un refugio seguro para el nido.
Al final del día, el bosque se veía más limpio y los pájaros estaban contentos.
"¡Lo hicimos!" - gritó Luz, saltando de alegría.
"Nos hemos convertido en los guardianes del bosque" - dijo uno de sus amigos.
Desde ese día, Luz y sus amigos decidieron cuidar de la montaña. Hicieron recorridas, plantaron árboles y siempre llevaban una bolsa para recoger basura.
"¡Cada pequeño gesto cuenta!" - les recordaba Luz.
Así, la niña que vivía con su abuela en la montaña se convirtió en una heroína del bosque. Y todos los animales, desde el ciervo hasta las mariposas, la miraban con agradecimiento.
Luz aprendió que la felicidad está en cuidar de su hogar y siempre recordará que, a pesar de lo pequeña que pueda ser, ¡su voz y sus acciones importan mucho!
Y así, la montaña siempre seguirá siendo un lugar lleno de vida, amor y, sobre todo, cuidado por la naturaleza.
FIN.