Luz y el Misterioso Mundo de Internet



Era una vez, en un pequeño pueblo llamado Ciberlandia, una nena llamada Luz. A Luz le encantaba explorar, dibujar y compartir sus creaciones con el mundo. Un día, mientras dibujaba en su cuaderno, su amiga Sofi le dijo:

"Luz, ¿viste? Hay un montón de cosas increíbles en Internet. Deberías subir tus dibujos a la red."

Aquel comentario encendió la curiosidad de Luz. Se imaginó recibimiento de muchos aplausos y comentarios de otras personas sobre su arte. Así que, emocionada, le pidió a su mamá permiso para usar la computadora.

Cuando se sentó frente a la pantalla, su corazón palpitaba de emoción.

"¡Mirá, Sofi! - grita Luz mientras su pantalla se iluminaba con colores hermosos y páginas llenas de dibujos.- ¡Esto es genial!"

Pero justo cuando iba a subir su primer dibujo, apareció un mensaje repentino:

"Hola, soy el Gran Maestro de los Dibujo. Si querés ser la mejor artista, tenés que darme tu nombre y dirección."

Luz lo miró con curiosidad, pero un pequeño cosquilleo la hizo dudar.

"No sé... Sofi, ¿debería?"

Sofi, que estaba a su lado, frunció el ceño.

"No, Luz. ¡No le des información personal a desconocidos! Siempre hay que tener cuidado con lo que compartimos en Internet."

Luz respiró profundo y decidió no contestar. Sin embargo, el Gran Maestro insistió:

"Si no me das tu información, nunca serás famosa. ¡Solo necesito conocer a mi aprendiz!"

A medida que los mensajes continuaban, Luz se asustó y decidió cerrar la computadora rápidamente.

"Mirá lo que trajo el Internet, Sofi. ¡Un peligroso maestro!"

"Eso es porque no todos los que están en Internet son buenos. A veces, hay personas que no tienen buenas intenciones."

De repente, la pantalla brilló aún más y, en un parpadeo extraño, Luz se encontró en un mundo digital lleno de colores, pero también de sombras y personajes extraños. Ella miró a su alrededor asombrada.

"¿Dónde estoy?"

"¡Bienvenida al Mundo Digital!" dijo un dragón amigable llamado Pixel. "Soy el protector de este lugar. Lo que viste en tu computadora no siempre es lo que parece. ¡Debés tener cuidado!"

"¿Por qué?" preguntó Luz, intrigada.

"Porque algunas criaturas son traviesas y no siempre vienen con buenas intenciones. Debés saber que el conocimiento es poder, y por eso necesito enseñarte a explorar de manera segura."

Pixel voló en círculos alrededor de Luz mientras hablaba.

"Nunca compartas información personal, como tu nombre completo, dirección o número de teléfono. ¡Así no podrán encontrarte!"

"¿Y qué más?" preguntó Luz, cada vez más interesada.

"Siempre revisá con un adulto antes de hablar con alguien desconocido. ¡Eso te protegerá de muchas sorpresas desagradables!"

De repente, mientras conversaban, un grimorio apareció volando sobre ellos. Pixel se puso serio.

"¡Cuidado! Es la sombra de la desconfianza. Ella intenta llevarte hacia caminos oscuros."

Luz miró con miedo a la sombra que se acercaba lentamente.

"No dejaré que me atrape. Uh, Pixel, ¿qué debo hacer?"

"Recordá lo que aprendiste y mantente fuerte. Usa la seguridad como tu escudo, Luz."

Concentrándose, Luz recordó los consejos de Pixel. Empezó a hablar firme:

"No tengo miedo. Estoy segura de mí misma. No te dejaré entrar en mi vida."

La sombra retrocedió, sorprendida por la valentía de Luz.

"¡Imposible! No vas a salir de aquí tan fácil. Veremos quién tiene más poder, Luz o yo."

Pero en lugar de asustarse, Luz exclamó:

"¡La amistad y el conocimiento son más poderosos que cualquier sombra!"

Y, con esa declaración, un rayo de luz brilló y la sombra desapareció. Luz y Pixel celebraron su victoria.

"Has aprendido bien, Luz. Ya estás lista para explorar el mundo real de Internet con cuidado y conocimiento."

Luz se despidió de Pixel con una sonrisa en el rostro y, mientras parpadeaba de nuevo, apareció en su habitación, frente a su computadora. Se sintió valiente y decidida.

"¡Voy a compartir mis dibujos, pero con seguridad! Y nunca volveré a hablar con desconocidos."

Desde aquel día, Luz subió sus dibujos con la ayuda de su mamá, enseñó a sus amigos a navegar de manera segura y, sobre todo, nunca olvidó lo que aprendió sobre la importancia de cuidarse en el vasto mundo digital.

Y así, Luz se convirtió en una artista conocida, pero siempre recordando la gran lección aprendida en el mundo de Internet: la seguridad y la amistad siempre deben ir de la mano.

¡Y colorín colorado, este cuento se ha acabado!

FIN.

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