Luz y su viaje alrededor del mundo
Había una vez una niña llamada Luz. Tenía el cabello largo y blanco como las nubes, y su cara era tan dulce que todos decían que parecía un ángel. Luz vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas y ríos, pero su corazón anhelaba conocer el mundo más allá de su hogar.
Un día, mientras caminaba por el bosque, Luz encontró un viejo mapa escondido entre las raíces de un árbol gigante. El mapa tenía colores vibrantes y mostraba lugares increíbles: montañas altísimas, océanos azules, y ciudades llenas de luces. Luz exclamó emocionada:
"¡Mirá! ¡Es un mapa del mundo! ¡Quiero ir a todos esos lugares!"
Al volver a su casa, se encontró con su perro, Nube, que siempre la acompañaba. Ella le dijo:
"Nube, ¡vamos a viajar por el mundo! ¿Te gustaría conocer países lejanos?"
Nube, con un movimiento de su cola, pareció entender, y Luz decidió que al día siguiente comenzarían su aventura.
A la mañana siguiente, Luz empacó una mochila con lista de provisiones: frutas, un mapa, y un cuaderno donde podía escribir sobre todos sus hallazgos. Antes de salir, su mamá le sonrió y le dijo:
"Recuerda, Luz, el mundo es hermoso, pero siempre hay que estar atenta y cuidarse."
"Sí, mamá, seré cuidadosa!" respondió con alegría.
Luz y Nube partieron hacia la alborada. En su primer destino, llegaron a una montaña majestuosa cubierta de nieve. En la cima, conocieron a un viejo sabio llamado Don Neve, que les contó sobre la importancia de cuidar el medio ambiente:
"Para que nuestras montañas sigan siendo hermosas, debemos protegerlas. Todos podemos hacer algo, como no tirar basura ni contaminar las aguas."
Luz escuchó atentamente y prometió proteger el planeta. Después de jugar en la nieve y hacer un muñeco de nieve con Nube, decidieron continuar su viaje.
El siguiente lugar que visitaron fue una colorida ciudad llena de luces y música. Allí, Luz se encontró con un grupo de niños que bailaban y tocaban instrumentos.
"¿Pueden enseñarme a bailar?" preguntó Luz emocionada.
Los niños sonrieron y la invitaron a unirse:
"¡Claro! ¡Bailar es divertido y nos hace felices!"
Luz aprendió algunos pasos de baile, pero también se dio cuenta de que la música unía a todos, sin importar de dónde venían. Después de unirse a la fiesta, se despidió de sus nuevos amigos y siguió viajando.
El viaje los llevó a una selva verde y fresca, donde conocieron a una niña llamada Selva, quien estaba buscando a un loro que se había perdido. Luz, siempre dispuesta a ayudar, le dijo:
"¡Vamos, Nube! Ayudemos a Selva a encontrar a su loro."
Después de explorar por un rato, ¡sorpresa! Encontraron al loro jugando en un árbol. Selva agradeció a Luz y le enseñó sobre lo importante que era cuidar de los animales:
"Los animales también son parte de nuestro hogar y tenemos que protegerlos."
Continuaron su viaje y un día llegaron a una hermosa playa. Luz estaba emocionada y decidió construir un castillo de arena. Mientras trabajaba, notó que algunas personas dejaban basura en la playa:
"¡No, no! Eso no está bien." Les dijo, un poco asustada.
Una de las personas se acercó:
"Tienes razón, niña. No debí dejar mis residuos. Voy a recogerlos ahora mismo."
Luz sonrió al ver que su comentario hacía una diferencia. Ese día, Luz aprendió que a veces, una voz pequeña puede hacer un gran cambio.
Finalmente, llegó el momento de regresar a casa. Luz había visto maravillas, hecho amigos y aprendido valiosas lecciones. Cuando volvió, su mamá la recibió con un fuerte abrazo.
"¿Cómo te fue, Luz?"
"¡Increíble, mamá! Aprendí sobre el medio ambiente, la música, la amistad y la importancia de cuidar nuestro planeta. ¡No puedo esperar para compartir todo contigo!"
Y así, Luz comprendió que su deseo de viajar no solo le había traído aventuras, sino también aprendizajes importantes que llevaría en su corazón para siempre. A partir de ese día, se convirtió en una defensora del medio ambiente, organizando actividades con los niños del pueblo para cuidar su hogar y todo lo que lo rodeaba. Y aunque sus aventuras continuaron, el verdadero viaje estaba en aprender y enseñar a otros cómo amar y proteger la Tierra.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.