Mairik y el Unicornio Chef
En un pequeño barrio de Buenos Aires, vivía Mairik, una nena de ocho años con una pasión desbordante por los unicornios. Su habitación estaba llena de juguetes de colores brillantes, posters de unicornios voladores, y hasta tenía una cama en forma de nube. Pero lo que Mairik más amaba, además de los unicornios, era cocinar.
Un día, mientras Mairik estaba en su cocina jugando a ser chef, tuvo una idea brillante. 'Voy a hacer un banquete para todos mis amigos y voy a decorarlo con un tema de unicornios', pensó emocionada. Así que se puso manos a la obra.
Primero, Mairik decidió hacer cupcakes. Ella dijo:
"¡Voy a hacer cupcakes arcoíris!"
Y rápidamente comenzó a mezclar los ingredientes. Justo cuando iba a colocar la masa en los moldes, un fuerte sonido la sorprendió.
"¿Qué fue eso?" se preguntó, mirando por la ventana.
Fue entonces cuando vio a un hermoso unicornio blanco con un cuerno dorado en el jardín. Sus ojos brillaban con una luz mágica. Mairik, emocionada, corrió hacia él.
"¡Hola! Sos un unicornio de verdad. ¿Cómo te llamás?"
El unicornio, que se llamaba Luminis, sonrió y le respondió:
"Me llamo Luminis, y he venido a ayudarte con tu banquete. He visto tu pasión por la cocina y quiero que aprendas algo especial."
Mairik estaba asombrada.
"¡Sí! ¿Qué puedo aprender?"
"Te enseñaré a hacer un platillo mágico que hará que todos tus amigos se sientan felices y llenos de energía. Se llama ‘Sopa de Estrellas’”, dijo Luminis mientras sacaba de su cola unos cristales brillantes.
Mairik no podía creer lo que oía.
"¿Sopa de Estrellas? ¡Suena increíble!"
Luminis le explicó cómo hacer la sopa mágica, que incluía una pizca de polvo estelar, algunas hojas verdes de la planta de la alegría, y dos o tres risas. Mairik escuchó con atención mientras Luminis guiaba sus pasos, haciendo magia con las manos. Juntos comenzaron a cocinar y la cocina se llenó de un aroma maravilloso.
Sin embargo, en medio de la divertida experiencia, Mairik se dio cuenta de que había olvidado hacer la parte más importante.
"¡Oh no! No hice los cupcakes!"
Luminis la miró y le dijo con una sonrisa:
"No te preocupes, Mairik. A veces, olvidarnos de algo nos lleva a aprender otras cosas inesperadas. La cocina es como un juego, y en los juegos, lo importante es disfrutar y experimentar. Vamos a asegurar que la sopa quede perfecta primero."
Juntos terminaron de preparar la sopa de estrellas. Una vez lista, Luminis dijo:
"Ahora, es momento de invitar a tus amigos. ¡Ellos deben probar esta magia!"
Mairik asintió y se fue corriendo a buscar a sus amigos. Cuando llegaron, todos estaban emocionados por el banquete.
"¡Huele delicioso! ¿Qué es esto?" preguntó una de sus amigas.
"Es Sopa de Estrellas, hecha por mí y Luminis el unicornio," respondió orgullosa.
Cada uno sirvió una taza de la sopa mágica y se sentaron alrededor de la mesa decorada con detalles de unicornios: servilletas de colores y una piñata en forma de unicornio. Después de probar la sopa, todos sonrieron y sintieron una energía maravillosa.
"¡Es mágica!" exclamó uno de los chicos.
"¿Puedo ayudarte a cocinar la próxima vez?" preguntó otro.
Mairik se sintió feliz y llena de agradecimiento.
"Claro que sí! Cocinar es aún más divertido cuando lo hacemos juntos."
Así, desde ese día, cada fin de semana, Mairik y sus amigos se reunían en su cocina para hacer comidas mágicas, creando nuevos platillos e incluso inventando nuevas recetas de unicornios. Lo más importante, Mairik aprendió que compartir y disfrutar en compañía es lo que realmente hace que cocinar sea un arte mágico.
Y cada vez que un nuevo plato salía de la cocina, se podía ver el brillo de Luminis observándolos desde el cielo, recordándoles a todos la magia que hay en la cocina y en la amistad.
FIN.