Érase una vez en una ciudad muy ajetreada, vivía una mujer llamada Ana.
Ana era una mamá con dos hijos, Mateo y Sofía.
Además de ser una mamá amorosa, Ana también era estudiante en la universidad y trabajaba como contadora en una empresa.
Su vida era muy ocupada, pero siempre encontraba tiempo para sus hijos y esposo.
Un día, Mateo y Sofía le preguntaron a Ana cómo hacía para ser tan buena en todo.
- Mamá, ¡eres como una súper heroína!
- dijo Mateo.
Ana sonrió y les contó a sus hijos sobre una vez en la que ella había deseado tener súper poderes para ayudar a los demás.
A partir de ese momento, Mateo y Sofía comenzaron a llamar a su mamá 'Mamá Súper Poderosa'.
Ana les explicó a sus hijos que sus verdaderos súper poderes eran la organización, la paciencia, la creatividad y el amor incondicional que les tenía a ellos y a su familia.
Los niños se asombraron al descubrir que su mamá no tenía super fuerza o la capacidad de volar, pero aun así, era capaz de hacer mil cosas al mismo tiempo.
Inspirados por su mamá, Mateo y Sofía aprendieron la importancia del esfuerzo, la perseverancia y el amor en todo lo que hacían.
Con el tiempo, Ana se graduó de la universidad y Mateo y Sofía se convirtieron en jóvenes llenos de pasión y determinación.
La mamá súper poderosa siempre será recordada como un ejemplo de fortaleza y amor para su familia.