Manos limpias, niños sanos
Había una vez un niño llamado Tomás, a quien le encantaba jugar todo el día. Pero había un problema: no quería lavarse las manos.
Su mamá siempre le decía lo importante que era mantenerlas limpias para evitar enfermedades, pero él simplemente se negaba. Un día, mientras jugaba en su habitación, Tomás comenzó a sentirse mal. Tenía fiebre y estaba muy cansado.
Su mamá rápidamente lo llevó al médico, quien le dijo que tenía una infección por bacterias. "¿Cómo es posible?"- preguntó la madre sorprendida. "Es probable que haya contraído las bacterias al tocar algo sucio y luego llevarse las manos a la boca o los ojos"- respondió el médico.
Tomás entendió entonces lo importante que era lavarse las manos para mantenerse saludable. A partir de ese día, comenzó a hacerlo siempre antes de comer y después de jugar.
Sin embargo, un día se encontró con su amigo Lucas, quien también se resistía a lavarse las manos. "Lucas, ¿no sabes lo importante que es lavarnos las manos? Podemos enfermarnos si no lo hacemos", dijo Tomás preocupado. "¡Pero yo no tengo tiempo!"-respondió Lucas-"Es muy fácil y rápido" -le respondió Tomás-. "Mira cómo hago".
Y mostrándole cómo hacerlo correctamente. A partir de ese momento Lucas aprendió la importancia del lavado de manos gracias a su amigo Tomás.
Juntos promovieron el cuidado personal entre sus amigos del colegio y lograron crear hábitos saludables en toda la comunidad escolar. Así fue como Tomás descubrió que pequeñas acciones como el lavado de manos, pueden tener un gran impacto en la salud y bienestar de las personas.
Desde entonces, se aseguró de siempre mantener sus manos limpias y enseñar a otros la importancia del cuidado personal.
FIN.