Manu y la lección de compasión
Manu era un niño muy especial. Desde pequeño, había sentido que su conciencia le pesaba más que a los demás. Cada vez que hacía algo malo, por más pequeño que fuera, se sentía muy mal consigo mismo.
Un día, mientras caminaba por el parque después de la escuela, encontró un cachorro abandonado en una caja de cartón. El perrito era tan lindo y estaba tan triste que Manu no pudo resistirse y lo llevó a casa.
"Mamá, mira lo que encontré en el parque", dijo emocionado. Su mamá lo miró con cariño y le preguntó si estaba seguro de poder cuidar al cachorro. "Sí, mamá", respondió Manu con determinación. "Lo voy a cuidar yo mismo".
Así comenzó la aventura de Manu con su nuevo amigo animal. Pasaban horas jugando juntos y el perro parecía entender todo lo que Manu le decía.
Pero un día, mientras jugaban en el parque cercano a su casa, el perrito salió corriendo detrás de una pelota y cruzó la calle sin fijarse en los autos que venían. Un auto frenó bruscamente pero ya era tarde para evitar chocar al animalito.
Manu se quedó sin habla viendo cómo su amigo quedaba tendido en medio del camino. Corrió hacia él llorando desconsoladamente mientras el conductor del auto bajaba para ver qué había pasado. "¿Estás bien?", preguntó preocupado. Manu sollozando abrazaba al perro herido "No...
no puedo creerlo" El conductor del vehículo se acercó a Manu y le explicó que él no había visto al perrito y que lo sentía mucho. Le ofreció llevarlo al veterinario en su auto para tratar de salvarlo.
Manu subió con el perro en brazos y el conductor arrancó hacia la clínica más cercana. Mientras tanto, Manu no dejaba de llorar por lo que había pasado. "¿Crees que mi amigo va a estar bien?", preguntó con angustia.
"No lo sé, pero haremos todo lo posible para salvarlo", respondió el hombre amablemente. Llegaron a la clínica y los médicos comenzaron a atender al cachorro inmediatamente. Manu se quedó afuera esperando noticias del estado de salud del animalito.
Pasado un tiempo, uno de los doctores salió y le dijo:"Tu amigo va a estar bien gracias a la rápida atención médica que recibió". Manu sintió una gran alegría recorrer su cuerpo.
El conductor también salió del consultorio y le preguntó cómo estaba el perro. "Está mejor", respondió Manu sonriendo tímidamente mientras abrazaba al cachorro recuperado. El hombre se presentó como Tomás, un vecino del barrio que también tenía mascotas rescatadas.
Comenzaron a conversar sobre los animales y Tomás le contaba historias inspiradoras sobre las veces en las cuales logró salvar animales abandonados de la calle. Manu escuchaba fascinado e inspirado por las palabras de Tomás: "Hay muchas maneras en las cuales podemos ayudar aquellos seres vivos más necesitados".
A partir de ese día, Manu empezó a sentirse más seguro de sí mismo y convencido de que podía hacer una diferencia en el mundo.
Tomás se convirtió en su mentor y juntos comenzaron a buscar animales abandonados por la calle para salvarlos. Así, Manu encontró un propósito en su vida y su conciencia dejó de pesarle tanto. Ahora sabía que podía hacer algo bueno cada día para ayudar a aquellos seres vivos más necesitados. Fin.
FIN.