Manuela, la bailarina valiente


Manuela era una chica muy talentosa en el baile. Desde muy pequeña, su cuerpo se movía al ritmo de la música y siempre soñaba con ser una bailarina profesional.

A los trece años, ya había participado en varios concursos y había ganado algunos premios importantes. Un día, mientras practicaba sus pasos de baile en su habitación, escuchó a su madre hablar por teléfono con una amiga. "-¿Y cómo va todo con Manuela? -preguntó la amiga-.

¿Todavía sigue obsesionada con ese concurso de Joinville?"Manuela se detuvo en seco. No podía creer lo que estaba escuchando. ¿Obsesionada? Ella no estaba obsesionada, simplemente tenía un sueño y estaba trabajando duro para hacerlo realidad.

Esa noche, Manuela no podía dormir. Estaba preocupada por lo que dirían las demás personas si supieran que ella quería ser bailarina profesional y participar en el concurso de Joinville.

Al día siguiente, durante su clase de ballet, la maestra les dijo:"-Chicas, hoy vamos a trabajar en algo diferente. En lugar de seguir una coreografía preestablecida, quiero que cada una cree su propia danza. "Manuela se emocionó mucho ante esta oportunidad única para demostrar su creatividad y habilidades como bailarina.

Después de ensayar durante varias horas seguidas sin parar ni un momento para descansar o beber agua (tal como le enseñaron), llegó el momento de presentarse frente a sus compañeras y la maestra.

Manuela comenzó a moverse al ritmo lento pero seguro del piano que tocaba uno de los estudiantes más avanzados de la academia, y poco a poco fue desarrollando su danza propia. Sus movimientos eran elegantes y precisos, pero también transmitían mucha emoción.

Las demás chicas se sorprendieron al verla bailar así, con tanta pasión y talento. Al finalizar su baile, todos aplaudieron emocionados. La maestra se acercó a ella para felicitarla personalmente:"-Manuela, tu danza fue simplemente hermosa.

Has demostrado una gran habilidad en el baile y has logrado expresarte con mucho sentimiento. "Manuela sonrió feliz por el reconocimiento que había recibido. Ahora tenía más confianza en sí misma y sabía que no debía preocuparse por lo que los demás pensaran de ella o sus sueños.

Desde ese día en adelante, Manuela siguió trabajando duro para mejorar cada vez más como bailarina. Participó en varios concursos más y finalmente logró cumplir su sueño de participar en el concurso de Joinville.

Aunque no ganó el primer premio, estaba muy orgullosa del esfuerzo que había realizado para llegar hasta allí. Sabía que su talento era real y que nunca debía dejar de perseguir sus sueños si realmente quería alcanzarlos.

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