Marbella y los Dinosaurios
Era una brillante mañana en el pequeño pueblo de Marbella. Todos los niños estaban emocionados por un viaje escolar al Museo de Ciencias Naturales. Pero para Marbella, la aventura sería aún más emocionante de lo que esperaba. Su maestro, el Sr. Pérez, les había hablado sobre el increíble mundo de los dinosaurios. Con cada palabra, la imaginación de Marbella voló más alto. "¿Te imaginas conocer a los dinosaurios?" - le dijo a su amigo Lucas. "¡Sería fantástico!" - respondió él, con los ojos llenos de asombro.
Después de la visita al museo, Marbella regresó a su casa y, mientras miraba un libro de dinosaurios, sintió un extraño zumbido. En un abrir y cerrar de ojos, se encontró en un bosque prehistórico, lleno de árboles gigantes y criaturas asombrosas. "¿Dónde estoy?" - se preguntó Marbella mientras miraba a su alrededor, maravillada.
De repente, un enorme brontosaurio pasó caminando lentamente. "¡Hola, pequeña!" - dijo el dinosaurio con voz suave. "Soy Bronto. Bienvenida a mi hogar. ¿Eres amiga de los dinosaurios?" - Marbella no podía creerlo. "¡Sí! He leído mucho sobre ustedes. ¡Son increíbles!" - exclamó con alegría.
Bronto la llevó a su manada, donde Marbella conoció a Triki, el pequeño y travieso velociraptor, y a Lora, la sabia estegosaurio. "¡Vamos a jugar! ¡Es muy divertido!" - dijo Triki, saltando de un lado a otro. Marbella, encantada, juntó su coraje y se unió a sus juegos. Corrieron entre los árboles, saltaron charcos y jugaron a las escondidas.
Pero de repente, el cielo se oscureció. Un gran tiranosaurio apareció, rugiendo aterradoramente. "¡Cuidado!" - gritó Lora. Marbella, asustada, se quedó quieta. Pero Bronto la animó. "No tengas miedo, Marbella. Debemos permanecer juntos. ¡Confía en nosotros!"
Marbella tomó un profundo respiro y decidió actuar. "¡Triki, Lora! ¡Vamos a hacer ruido!" - sugerió. Juntos, comenzaron a juntar ramas y hojas para crear un gran sonido. Cuando el tiranosaurio se acercó, se asustó y se fue corriendo, confundido por el estruendo.
Una vez que el peligro pasó, todos celebraron su valentía. "¡Eres muy valiente, Marbella!" - le dijo Triki. "Gracias, pero no lo habría logrado sin ustedes. Aprendí que en equipo podemos enfrentar cualquier desafío", respondió ella con una sonrisa.
Al cabo de un rato, Marbella sintió que era hora de regresar. "¡Tengo que contarles a mis amigos sobre esto!" - dijo emocionada. Bronto le dio un suave empujón. "Siempre serás parte de nuestra manada. Vuelve a visitarnos, ¡cuando quieras!"
Marbella cerró los ojos y, al abrirlos nuevamente, se halló en su habitación, el libro de dinosaurios abierto a su lado. Rápidamente, corrió a la escuela, su corazón latiendo de emoción. "¡Chicos, chicos!" - gritó al entrar. "¡Conocí a dinosaurios! ¡Fui a su casa y jugué con ellos!" - Los demás niños la miraron con asombro. "¡No puede ser!" - dijo Lucas. "Contanos todo, Marbella. ¡Queremos saber más!"
Durante el recreo, Marbella les contó cada detalle. Sus amigos estaban fascinados. "¿Y qué más hiciste?" - preguntó Sofía. "¡Tomamos decisiones juntos y aprendimos a ser valientes!" - dijo Marbella. "Todos podemos enfrentar nuestros miedos si trabajamos en equipo."
La historia de Marbella inspiró a todos. Decidieron hacer un proyecto sobre dinosaurios para presentar en clase. Juntos, dibujaron, modelaron y compartieron sus conocimientos. "¡Vamos a ser los mejores!" - dijo Lucas.
Así fue como el pequeño grupo de niños no solo aprendió sobre dinosaurios, sino también sobre la importancia de la amistad, la valentía y el trabajo en equipo. Marbella nunca olvidó su aventura; siempre llevaba su libro de dinosaurios a donde quiera que fuera, recordando que como en su experiencia, la verdadera aventura se encuentra en el valor de explorar y aprender juntos.
Y aunque Marbella se había ido en un viaje al pasado, su historia siempre seguiría viva entre sus amigos, inspirándolos a soñar y a soñar en grande.
Colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.