Marcos y el poder de sus decisiones
En un hermoso bosque de los Andes, había un oso de anteojos llamado Marcos. Era un oso curioso y amable, pero también era un poco diferente a los otros. Marcos era un adolescente y, como muchos adolescentes, se sentía abrumado por la presión de su círculo social. Sus amigos, los demás animales del bosque, siempre hablaban sobre qué carreras iban a estudiar: el búho, por ejemplo, quería ser profesor; la ardilla soñaba con ser ingeniere. Pero Marcos no sabía qué quería hacer.
Un día, mientras caminaba por el bosque, se sentó en una piedra y comenzó a reflexionar sobre su futuro.
- “¿Por qué no sé qué estudiar? ¿Y si elijo mal? ” - pensó en voz alta.
En ese momento, se acercó una tortuga llamada Tula, que siempre había sido una gran amiga de Marcos.
- “Marcos, ¿por qué tan pensativo? ” - le preguntó Tula, con su característica lentitud.
- “Tula, todos mis amigos ya saben qué van a estudiar, pero yo no tengo idea. Y además, estoy preocupado por el clima. Todos los días escucho a los adultos hablar sobre el calentamiento global. ¿Y si no hay un mundo para vivir si seguimos así? ” - respondió Marcos, con un tono de preocupación.
Tula sonrió con dulzura.
- “A veces, el futuro puede parecer un enorme e inquietante misterio, pero eso no significa que no podamos hacer algo al respecto. Vamos a investigar juntos. Tal vez encuentres algo que te inspire.”
Marcos sintió un ligero alivio y accedió a la propuesta de Tula. Juntos se embarcaron en una aventura por el bosque, buscando más información sobre cómo ayudar al medio ambiente y sobre las diferentes profesiones que podrían existir.
Mientras caminaban, se encontraron con la sabia lechuza Erudita.
- “¡Hola, pequeños! ¿Qué los trae por aquí? ” - preguntó la lechuza, posándose en una rama baja.
- “Estamos buscando ideas para saber qué estudiar y cómo podemos ayudar al planeta”, respondió Tula, entusiasmada.
Erudita movió su cabeza con aprobación.
- “Estudiar y ayudar son cosas que pueden ir de la mano. Hay muchas carreras que se centran en el medio ambiente, como la biología, la ingeniería ambiental o incluso la educación. ¿Lo han pensado? ”
Marcos escuchaba atentamente. Cada palabra que decía Erudita resonaba en su corazón. La idea de poder estudiar algo que lo ayudara a cuidar su hogar lo llenó de esperanza.
- “Pero si el clima sigue empeorando, ¿de qué sirve estudiar algo así? ” - preguntó Marcos, un poco desanimado.
Erudita lo miró a los ojos con seriedad.
- “Cada pequeño gesto cuenta, querido amigo. Incluso si un solo oso hace la diferencia, eso puede inspirar a otros a unirse. La clave es actuar, en lugar de esperar a que otros lo hagan por nosotros”.
Motivado por las palabras de Erudita, Marcos continuó su camino junto a Tula, quien también tenía su propia preocupación por el futuro.
Al llegar a un claro del bosque, se toparon con un grupo de animales organizando una limpieza del río.
- “¡Vamos, chicos, ayúdennos! Cada uno de ustedes puede hacer la diferencia! ” - gritó el ciervo, con su energía contagiosa.
Marcos miró a Tula y asintió. Ambos se unieron a la causa. Mientras recogían basura y limpiaban el agua, Marcos comenzó a sentirse mejor.
- “¿Sabés, Tula? Me di cuenta de que no tengo que saber exactamente qué estudiar ahora. Puedo tomar este tiempo para descubrirlo, y lo más importante, puedo hacer algo ahora mismo por el bosque.”
La tortuga sonrió ampliamente.
- “¡Exactamente, Marcos! Las respuestas llegarán cuando tengas la oportunidad de explorar y aprender.”
Al final del día, luego de haberse divertido ayudando a los demás, Marcos se sintió aliviado. La presión de tener que tomar una decisión de inmediato empezó a desvanecerse. En su corazón, sabía que lo importante era disfrutar del camino y hacer lo que pudiera para cuidar su hogar.
De regreso a su cueva, Marcos se sentó y recordó las diferentes cosas que había aprendido. Sintió que, aunque aún no supiera exactamente qué rumbo tomaría, había tomado un primer paso importante. Y no solo eso, sino que sabía que podría involucrarse y crear un cambio positivo, al tiempo que descubría sus pasiones y habilidades en el proceso.
Y así, Marcos, el oso de anteojos, entendió que cada pequeño paso podía marcar la diferencia en su futuro, y decidió que disfrutaría el viaje, mientras ayudaba a su hogar a florecer.
Desde entonces, Marcos se dedicó a explorar, aprender y compartir sus descubrimientos con sus amigos, inspirando a otros a unirse a él. Después de todo, cada pequeña acción cuenta; y cada decisión, por más pequeña que parezca, puede llevarte a un brillante futuro.
FIN.