Margarita, la vaca intrépida



Había una vez en un tranquilo campo argentino, una vaca llamada Margarita. Margarita era muy curiosa y siempre estaba explorando los alrededores de la granja donde vivía.

Un día, mientras caminaba por el campo, escuchó un aullido a lo lejos. - ¡Qué ruido tan extraño! -mugió Margarita, levantando la cabeza para escuchar mejor. Era el lobo que se acercaba sigilosamente hacia ella.

Al ver al temible depredador, Margarita sintió un escalofrío recorrer su cuerpo y sin pensarlo dos veces, salió corriendo a toda velocidad por el campo. El lobo comenzó a perseguirla con ferocidad, pero Margarita era más rápida de lo que había imaginado.

Corrió y corrió sin detenerse hasta llegar a un espeso bosque donde se escondió detrás de unos árboles. - ¡No me encontrarás aquí, lobo malvado! -mugió Margarita con valentía, aunque en su interior seguía temblando de miedo.

El lobo buscó por todas partes, olfateando el aire en busca del rastro de la vaca asustada. Pero no lograba dar con ella. Finalmente, cansado y frustrado, decidió darse por vencido y regresar al bosque. Margarita esperó unos minutos antes de salir de su escondite.

Estaba agitada y nerviosa, pero también se sentía orgullosa de haber escapado del peligro. Decidió emprender el camino de regreso a la granja, esta vez más atenta a su entorno y aprendiendo la lección de que no todo era juego y diversión en el campo.

Al llegar a casa, fue recibida con alegría por los otros animales de la granja que habían oído hablar sobre su valiente hazaña.

Desde ese día, Margarita se convirtió en un ejemplo para todos ellos, demostrando que incluso frente al miedo se podía encontrar fuerza y coraje para enfrentarlo. Y así fue como la vaca Margarita aprendió una importante lección: nunca subestimar sus instintos ni bajar la guardia ante los peligros que pudieran acechar en el camino.

Con valentía y determinación, logró superar sus miedos y convertirse en una verdadera heroína del campo argentino.

FIN.

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