Margarita y el Bosque Encantado



Había una vez, en un pequeño pueblo de Argentina, una niña llamada Margarita. Era una niña muy curiosa y aventurera, siempre buscando nuevas experiencias y emociones.

Un día, mientras jugaba en el patio trasero de su casa, vio un destello de luz entre los árboles del bosque cercano. Intrigada por aquel brillo mágico, Margarita decidió adentrarse en el bosque para descubrir qué lo causaba.

Caminó entre los árboles altos y frondosos hasta llegar a un claro lleno de flores multicolores y mariposas revoloteando. Margarita se encontró con un hada que parecía estar triste. Tenía las alas caídas y sus ojos brillaban con lágrimas. La niña se acercó con cuidado y le preguntó qué le pasaba.

"Hola hada, ¿por qué estás tan triste?"El hada levantó la vista y sonrió débilmente. "Hola Margarita, estoy triste porque he perdido mi varita mágica. Sin ella no puedo hacer magia ni ayudar a las criaturas del bosque.

"Margarita sintió pena por el hada y decidió ayudarla a buscar su varita mágica. Juntas recorrieron cada rincón del bosque, revisaron debajo de piedras y detrás de arbustos, pero no lograron encontrarla.

Desanimadas por la falta de éxito en su búsqueda, Margarita recordó algo importante: "Siempre es mejor trabajar en equipo". Entonces decidió pedir ayuda a sus amigos animales del bosque: el conejo, el zorro y el búho. "Amigos del bosque, necesitamos encontrar la varita mágica del hada.

¿Nos ayudan?"El conejo, el zorro y el búho aceptaron encantados y comenzaron a buscar por todas partes. Al cabo de un rato, el conejo encontró algo brillante entre las hojas secas.

"¡Aquí está! ¡Encontré la varita mágica!"Margarita y el hada saltaron de alegría al ver que su búsqueda había llegado a su fin. El hada tomó la varita en sus manos y sus alas volvieron a levantarse con fuerza.

Agradecida por toda la ayuda recibida, el hada decidió recompensar a Margarita y sus amigos animales con un deseo especial. "Por ser tan valientes y solidarios, les concederé un deseo a cada uno. Margarita, tú primero.

"Margarita pensó por un momento antes de hacer su deseo: "Deseo que todos los niños del mundo puedan disfrutar de la magia de la naturaleza como yo lo hago".

El hada sonrió y asintió antes de girar su varita mágica hacia los demás animales del bosque para que hicieran sus deseos también. El conejo deseó que nunca hubiera más animales en peligro ni maltrato animal en el mundo. El zorro deseó que todos los bosques estuvieran protegidos para siempre.

Y finalmente, el búho deseó que todos los niños aprendieran sobre la importancia de cuidar nuestro planeta. Al instante, los deseos se cumplieron y todo cambió para mejor. Los niños comenzaron a valorar y cuidar la naturaleza, los animales vivieron en paz y los bosques se mantuvieron seguros.

Margarita y el hada se convirtieron en grandes amigas y juntas siguieron explorando el mágico bosque, compartiendo aventuras y aprendiendo lecciones valiosas sobre el amor por la naturaleza.

Y así, Margarita descubrió que la verdadera magia reside en la amistad, la solidaridad y el cuidado de nuestro entorno. Desde aquel día, Margarita siempre recordó que todos podemos hacer nuestro pequeño pero importante aporte para proteger nuestra querida madre tierra.

FIN.

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