Margarita y el estanque encantado
En un hermoso estanque rodeado de flores y árboles, vivía una pequeña flor llamada Margarita. Margarita era muy especial, ya que tenía la capacidad de hablar con los animales y entender su lenguaje.
Un día de verano, mientras el sol brillaba en lo alto del cielo y las aguas del estanque se calentaban, Margarita escuchó un ruido proveniente del agua. Se acercó curiosa y vio a un grupo de peces dorados nadando cerca de la superficie.
Uno de ellos se acercó a Margarita y le dijo: "Hola, soy Dorito, el pez más valiente y aventurero de todo el estanque. Estamos buscando un lugar nuevo para vivir porque nuestras aguas se han vuelto demasiado calientes".
Margarita sintió pena por los peces dorados y decidió ayudarlos. Ella sabía que en un rincón especial del bosque había unas aguas frescas y burbujeantes donde podrían estar cómodos. "Muy bien", dijo Margarita con determinación.
"Los guiaré hasta ese lugar secreto donde encontrarán las aguas perfectas para ustedes". Así comenzó la emocionante aventura de Margarita y los peces dorados. Caminaron juntos por senderos cubiertos de hojas coloridas, atravesaron arroyos cristalinos e incluso treparon árboles altos para llegar al destino prometido.
Después de mucho esfuerzo, finalmente llegaron al lugar mágico: un pequeño lago rodeado de cascadas refrescantes.
Las aguas eran frescas y el sol filtraba sus rayos a través de las hojas de los árboles, creando un ambiente perfecto para los peces dorados. Los peces dorados se sumergieron en el agua y saltaron de alegría. Estaban muy agradecidos con Margarita por haberlos llevado a ese lugar maravilloso.
"¡Gracias, Margarita! Ahora podremos vivir felices en estas aguas frescas y burbujeantes", exclamó Dorito. Margarita sonrió felizmente y les recordó: "Recuerden cuidar este lugar especial. Mantengan limpio el estanque y respeten a los demás animales que viven aquí". Los peces dorados asintieron emocionados y prometieron cuidar su nuevo hogar.
A partir de ese día, el estanque se convirtió en un lugar lleno de vida y armonía gracias al trabajo en equipo entre la valiente Margarita y los peces dorados.
Margarita continuó viviendo rodeada de naturaleza, ayudando a todos los animales que necesitaban su guía. Su historia se convirtió en una leyenda inspiradora para todos aquellos que escucharon sobre ella.
Y así, cada vez que alguien veía una flor parecida a Margarita o unos peces dorados brillantes nadando en aguas cálidas y burbujeantes, recordaban la increíble aventura de amistad y solidaridad entre ellos.
FIN.