Margarita y el Pueblito Armonía



Era un día soleado cuando Margarita, una niña curiosa y aventurera, decidió explorar el viejo desván de su abuela. Entre cajas de recuerdos y polvo, encontró un armario desgastado. Al abrir la puerta, un brillo intenso la envolvió, y en un abrir y cerrar de ojos, se encontró en un lugar mágico: el Pueblito Armonía.

Margarita miró a su alrededor con asombro. Los árboles eran altos y se movían suavemente, como si estuvieran saludándola. A lo lejos, escuchó conversaciones animadas y risas.

"Hola, niña nueva!" - dijo un pequeño conejo de pelaje dorado con un sombrero de pajarita.

"¿Dónde estoy?" - preguntó Margarita, aún en estado de shock.

"¡Estás en el Pueblito Armonía!" - respondió el conejo, dando pequeños saltos. "Soy Timo y aquí todos los animales hablan. Pero lo bonito de este lugar está en peligro…"

Margarita, intrigada, siguió a Timo por senderos cubiertos de flores. Pronto llegaron a una plaza donde varios animales estaban reunidos: pájaros de colores, ardillas, hadas brillantes y duendes diminutos. Todos parecían preocupados.

"¿Qué sucede?" - preguntó Margarita.

"Los duendes y los animales no están de acuerdo sobre cómo cuidar el bosque. Se están peleando y eso está causando caos en el Pueblito Armonía", explicó Lila, una hada de alas transparentes.

Margarita, que siempre había creído que la comunicación podía resolver problemas, se ofreció a ayudar.

"¿Por qué no organizan una reunión y hablan sobre sus diferencias?" - sugirió.

"¡Buena idea!" - dijo Timo. "Pero a ninguno de ellos le gusta escuchar al otro…"

Así que Margarita decidió hablar primero con los duendes, quienes vivían en el Arbol Viejo.

"¡Nosotros sabemos cómo cuidar nuestro hogar mejor que los animales!" - gritó uno de ellos.

"Pero sin los animales, el bosque no sería el mismo!" - dijo Margarita, intentando hacerles ver el otro lado. "Podrían trabajar juntos. Hay suficiente espacio y recursos para todos."

Los duendes, intrigados pero escépticos, accedieron a escuchar a Margarita. Luego, se dirigió al grupo de animales que estaba en la colina.

"¡Los duendes solo quieren proteger el bosque a su manera!" - dijo una ardilla. "Pero ellos no ven que necesitamos los árboles sanos y valles limpios para vivir. También queremos lo mejor para el Pueblito Armonía!"

Margarita se dio cuenta de que ambos grupos eran necesarios, pero no estaban dispuestos a colaborar. Después de un rato, se le ocurrió una idea.

"¿Qué les parece si organizamos un día de trabajo en equipo?" - propuso. "Podrán mostrarles cómo cuidar el bosque entre todos. Así podrán aprender a trabajar juntos. ¿Le gustaría a cada uno de ustedes?"

Animales y duendes se miraron entre sí, dudosos pero algo entusiasmados. Finalmente, acordaron hacerlo.

Llegó el día de la actividad y Margarita no podía creer la multitud que se reunió. Con una sonrisa, comenzó a dirigir a ambos grupos. Cada duende mostró a los animales cómo hacer pequeñas pocetas para el riego y los animales enseñaron a los duendes a construir refugios en los árboles.

Los sonidos de risas inundaron el aire, y poco a poco empezaron a intercambiar historias y bromas. Al final del día, todos estaban cansados pero contentos.

"No sabía que los duendes eran tan divertidos!" - rió una ardilla.

"Y nosotros aprendimos mucho de ustedes" - sonrió un duende. "El bosque es mejor cuando todos colaboran!"

Margarita se sintió orgullosa de haber unido a esos seres tan diferentes.

"Gracias, Margarita! Eres una gran amiga del Pueblito Armonía!" - le gritó Timo.

"Siempre será un placer ayudar a que vivan todos juntos en paz" - respondió ella con una gran sonrisa.

Antes de irse, Margarita recibió un pequeño amuleto en forma de hoja de los duendes y un collar de flores de las hadas como recuerdo.

A través del armario, regresó a su hogar, con la certeza de que había logrado que el Pueblito Armonía volviera a ser lo que era: un lugar de paz y colaboración. Y cada vez que miraba el amuleto, recordaba que las diferencias pueden ser puente para la amistad.

Así, con un brillo en sus ojos, se dormía cada noche, esperando su próxima aventura en aquel mágico lugar.

FIN.

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