María, la gata bondadosa



Había una vez una niña llamada María, quien siempre se comportaba de manera grosera y mal educada con todos a su alrededor.

Un día, mientras caminaba por un camino lleno de hermosas flores moradas que odiaba, una luz mágica la envolvió y la transformó en un pequeño gatito gris. María, ahora convertida en gato, se sintió confundida y asustada. No entendía lo que había sucedido ni cómo volver a ser humana.

Empezó a maullar fuertemente tratando de llamar la atención de alguien que pudiera ayudarla. En ese momento, apareció frente a ella una hada madrina. "Hola, María. Veo que has sido transformada en un gato como castigo por tu mal comportamiento.

Solo podrás volver a ser humana cuando aprendas la lección que necesitas", dijo el hada con voz suave pero firme. María, o más bien el gato María, no sabía por dónde empezar.

Se sentía arrepentida por todas las veces que había sido grosera y mal educada con los demás. Decidió entonces emprender un viaje para descubrir cómo ser amable y respetuosa. Durante su travesía como gato, María aprendió muchas cosas nuevas.

Descubrió la importancia de escuchar a los demás, de ser amable y considerada con quienes la rodeaban. Conoció a otros animales del bosque que le enseñaron valiosas lecciones sobre el respeto y la amistad.

Un día, mientras exploraba el bosque, María se encontró con un ratoncito atrapado entre unas ramas espinosas. Sin dudarlo, utilizó sus patitas ágiles para liberarlo y llevarlo sano y salvo hasta su madriguera. El ratoncito le dio las gracias emocionado y prometió ayudarla en lo que necesitara.

Con el paso del tiempo, María demostró ser una compañera leal y cariñosa para todos los animales del bosque. Su actitud había cambiado por completo: ahora era amable, generosa y respetuosa con todos.

Una noche, mientras contemplaba la luna llena desde lo alto de un árbol junto al ratoncito amigo, ocurrió algo extraordinario: otra vez aquella luz mágica iluminó el cielo y envolvió a María en un cálido resplandor.

Cuando la luz se desvaneció, María ya no era un gato gris; volvió a ser humana pero esta vez era diferente: había aprendido la lección tan esperada. Desde ese día en adelante Maria fue conocida como "Maria La Amable", difundiendo amor bondad donde quiera que iba.

Y así Maria vivió felizmente rodeada de amigos verdaderos compartiendo siempre valores importantes.

FIN.

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