María y el Bosque Mágico

María era una niña curiosa que amaba explorar el bosque detrás de su casa. Un día, mientras seguía el canto de un pájaro, encontró un árbol enorme con una puerta secreta.

Con valentía, se asomó y gritó: "¡Hola! ¿Hay alguien ahí?"-. De repente, un pequeño duende apareció y respondió: "Sí, soy Timo. Bienvenida al Bosque Mágico"-. Timo le explicó que el bosque estaba en peligro porque los árboles estaban tristes, y necesitaban que los humanos cuidaran de ellos.

María decidió ayudar: "¡Vamos a hacer algo!"-. Juntos, recolectaron basura y plantaron flores, y poco a poco, el bosque volvió a brillar. "¡Gracias, María!"- dijo Timo, mientras el sol iluminaba levemente el sendero.

Desde entonces, María visitaba el bosque cada semana, creando un lazo especial con la naturaleza y enseñando a otros a valorarla.