María y el Bosque Mágico de los Colores


María era una niña muy mal educada. Siempre respondía con gritos y malas palabras a sus padres, maestros y amigos. No tenía paciencia con nadie y siempre estaba enojada.

Un día, mientras caminaba por un camino lleno de flores moradas, María fruncía el ceño al ver tanta belleza violeta a su alrededor. "¡Odio el color morado! ¡Estas flores son horribles!"- exclamó María con disgusto. De repente, una luz brillante apareció frente a ella.

Era la hada Violeta, guardiana de las flores moradas. "María, veo que tienes mucho odio en tu corazón. ¿Por qué desprecias algo tan bello como estas flores?"- preguntó la hada con voz suave pero firme.

María bufó y respondió: "No me importan las flores ni tus tonterías de hada. Déjame en paz. "-La hada Violeta suspiró y decidió darle una lección a María.

Con un toque de su varita mágica, transportaron a María al Bosque Encantado de los Colores. Allí, cada árbol, planta y criatura brillaba con colores vivos y radiantes. El verde del bosque era tan intenso que parecía bailar, el azul del río cantaba melodías tranquilizadoras y el amarillo del sol acariciaba su piel.

"¿Qué es este lugar?"- preguntó María maravillada por tanta belleza. "Este es el Bosque Encantado de los Colores, donde cada matiz tiene un significado especial"- explicó la hada Violeta.

"Aprenderás a apreciar la diversidad de colores y a encontrar la belleza en cada uno. "Durante días, María exploró el bosque junto a la hada Violeta.

Descubrió que el rojo representaba el amor y la pasión, el naranja la alegría y la creatividad, el violeta la magia y la transformación. Cada color le enseñaba una lección sobre bondad, gratitud y respeto hacia los demás. Poco a poco, el corazón de María se fue abriendo a nuevas emociones.

Empezó a disculparse cuando se equivocaba, a escuchar antes de hablar y a ayudar sin esperar nada a cambio. Su actitud grosera dio paso a palabras amables y gestos generosos. Finalmente, llegó el día en que debía regresar al mundo real.

La hada Violeta le dijo:"Recuerda lo que has aprendido en este bosque mágico. Que los colores te guíen hacia un camino lleno de amor y armonía. "María asintió con determinación mientras volvían al camino donde todo comenzó.

Desde entonces, María se convirtió en una niña amable e inspiradora para todos los que la conocieron. Y cada vez que veía una flor morada recordaba aquel viaje transformador al Bosque Encantado de los Colores.

El odio había dado paso al amor gracias al poder sanador de los colores del alma. Y así fue como María aprendió que no hay espacio para la grosería cuando se abre paso al resplandor del respeto hacia uno mismo y hacia los demás.

Una nueva Maria renaciendo entre las luces multicolores del bosque encantado donde todo comenzará nuevamente bajo nuevos brillos más hermosos aún...

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