María y el Jardín de Palabras Mágicas



Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, una niña llamada María. María era conocida por su mal carácter y sus modales groseros.

Siempre estaba frunciendo el ceño y diciendo palabras hirientes a todos los que se cruzaban en su camino. Un día, mientras caminaba por un sendero cubierto de hermosas flores moradas, María arrugó la nariz con desagrado. Odiaba el color morado y no entendía por qué las personas encontraban belleza en esas flores.

De repente, una luz brillante apareció frente a María. La luz se transformó en una hada pequeñita con alas resplandecientes.

La hada miró fijamente a María con sus ojos centelleantes y le dijo:"María, tu actitud grosera y tus malos modales han lastimado a muchas personas en este pueblo. Pero hoy tengo algo importante que decirte. "María frunció el ceño, sin entender muy bien qué estaba pasando. "Escucha atentamente", continuó el hada.

"A partir de ahora, cada vez que digas algo negativo o hiriente hacia alguien, una flor morada crecerá en tu jardín. "María se quedó sorprendida al escuchar estas palabras. No podía creer lo que estaba oyendo. "¿Qué? ¿Cómo es posible?" exclamó María incrédula.

El hada asintió con seriedad y desapareció entre destellos dorados dejando a María sola en el camino. Desde ese día, cada vez que Maria decía algo grosero o mal educado, una flor morada brotaba en su jardín.

Al principio no le dio importancia, pero pronto su jardín se llenó de flores moradas hasta no poder caminar por él. María se dio cuenta de cómo sus acciones estaban afectando su entorno y a las personas que la rodeaban.

Decidió hacer un cambio en su actitud y comenzar a ser amable y considerada con los demás. Poco a poco, las flores moradas empezaron a marchitarse y desaparecer de su jardín mientras Maria mejoraba como persona.

Aprendió a apreciar la belleza de las cosas simples como las flores moradas del camino e incluso llegó a disfrutarlas. Y así, María se convirtió en una niña amable y respetuosa que irradiaba alegría por donde pasaba.

Aprendió la valiosa lección de que nuestras acciones tienen consecuencias y que ser amable siempre trae más felicidad que ser grosero. Y colorín colorado, este cuento ha enseñado que con bondad y respeto siempre se gana más amor del esperado.

FIN.

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