María y el secreto de su potencial



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, una joven llamada María que estaba cursando el último año de bachillerato en la Escuela Primavera.

María era una chica muy inteligente y estudiosa, pero en ese momento se encontraba bajo mucha presión porque necesitaba sacar una nota excelente en los exámenes finales para poder estudiar la carrera de Medicina, su gran sueño desde que era niña.

El día antes del primer examen, María se sentía tan nerviosa que no podía concentrarse en sus apuntes. Su mamá, Doña Rosa, notó su angustia y decidió darle unas palabras de aliento.

"María, hija mía, sé que estás pasando por un momento difícil, pero recuerda que eres muy capaz y has trabajado duro para llegar hasta aquí. Confía en ti misma y verás cómo todo saldrá bien", le dijo con cariño.

Las palabras de su mamá tranquilizaron un poco a María, pero aún así seguía preocupada por el resultado de los exámenes. Esa noche tuvo un sueño peculiar: soñó que volaba por encima de las nubes y veía todo el camino que había recorrido hasta llegar a ese punto.

Al despertar, sintió una extraña sensación de calma y determinación. Llegó el día del primer examen y María se esforzó al máximo para responder todas las preguntas con precisión. A medida que avanzaba la semana, fue superando cada prueba con confianza y determinación.

Finalmente llegó el último día de exámenes y María sabía que ese era el más importante de todos. Al terminar el examen final, María salió del aula agotada pero satisfecha con su desempeño.

Ahora solo quedaba esperar los resultados y eso la tenía aún más ansiosa. Los días pasaban lentamente hasta que por fin llegó el momento crucial: la entrega de notas. El director de la escuela anunció en voz alta las calificaciones obtenidas por cada alumno.

Cuando mencionaron a María, todos contuvieron la respiración.

Para sorpresa y alegría de todos, incluida ella misma, María no solo obtuvo la nota necesaria para ingresar a Medicina, ¡sino que además fue la mejor calificación de todo el curso! Todos aplaudieron emocionados mientras abrazaban a María felicitándola por su logro. Doña Rosa no cabía en sí de orgullo al ver a su hija alcanzar sus metas con tanto esfuerzo y dedicación.

Desde ese día, María entendió que con perseverancia y confianza en sí misma podía superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino hacia sus sueños. Y así comenzó una nueva etapa llena de retos y oportunidades para seguir creciendo como persona y profesional.

Y colorín colorado este cuento ha terminado; pero recuerda: nunca subestimes tu propio potencial porque eres capaz de lograr grandes cosas cuando crees en ti mismo/a.

FIN.

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