María y las polillas valientes



Había una vez en un pequeño pueblo a las afueras de la ciudad, una niña llamada María. Maria era muy bonita e inteligente, le encantaba aprender cosas nuevas y probar diferentes comidas.

Sin embargo, Maria tenía un gran miedo que la atormentaba: las polillas. Cada vez que veía una polilla revoloteando cerca de ella, Maria entraba en pánico y corría por toda la habitación huyendo de ese pequeño insecto.

Sus amigos y familiares no entendían por qué María le tenía tanto miedo a las polillas, pero para ella era algo realmente aterrador. Un día, mientras paseaba por el parque con su abuelita Rosa, una polilla voló repentinamente hacia María.

Ella comenzó a gritar y correr desesperadamente, pero su abuelita Rosa la detuvo y le dijo con calma: "María, entiendo que tengas miedo a las polillas, pero debes aprender a enfrentar tus miedos para poder superarlos". Maria se quedó pensativa por un momento.

¿Cómo podría enfrentar su miedo a las polillas? Decidió hablar con su mejor amigo Juanito sobre el tema. Juanito era muy valiente y siempre estaba dispuesto a ayudar a sus amigos.

"Juanito, ¿crees que podrías ayudarme a superar mi miedo a las polillas?" -preguntó María tímidamente. "¡Claro que sí, amiga! Juntos podemos encontrar una forma de hacerlo", respondió Juanito con una sonrisa. Así fue como Juanito y María idearon un plan para ayudarla a superar su miedo.

Comenzaron observando videos sobre mariposas nocturnas (polillas) para entender mejor su comportamiento y características. Luego fueron al parque donde habían visto la polilla esa tarde.

Cuando otra polilla apareció frente a ellos, Maria respiró hondo y recordó lo que había aprendido sobre ellas. Poco a poco, fue perdiendo el miedo y logró mantenerse tranquila mientras la polilla revoloteaba cerca de ella. "¡Lo lograste! Estoy tan orgulloso de ti", exclamó Juanito emocionado.

Maria sonrió ampliamente sintiéndose valiente y feliz de haber superado su temor. Desde ese día en adelante, Maria ya no corría asustada al ver una polilla; en cambio, se detenía calmadamente para observarlas e incluso llegó a apreciar lo hermosas que eran.

La valentía de María inspiró a otros niños del pueblo que también tenían miedos irracionales. Aprendieron juntos que enfrentar los temores con coraje y determinación podía llevarlos hacia nuevos horizontes llenos de oportunidades emocionantes.

Y así Maria descubrió que no importa cuán grandes sean nuestros miedos; siempre hay una manera de superarlos si tenemos el valor suficiente para intentarlo. La vida está llena de desafíos esperando ser conquistados por aquellos dispuestos a enfrentarse a ellos con valentía y determinación.

Y así fue como Maria encontró un nuevo sentido de confianza en sí misma gracias al apoyo incondicional de sus amigos y familiares.

FIN.

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