Mariana y el tesoro holandés


Había una vez una niña llamada Mariana, que siempre había soñado con viajar y descubrir nuevas maravillas en el mundo.

Un día, mientras leía un libro sobre los Países Bajos, se enamoró de la belleza de ese país: los molinos de viento, los campos llenos de tulipanes y los hermosos canales. Mariana decidió que quería visitar ese lugar mágico y comenzó a planear su aventura.

Le pidió permiso a sus padres y ellos estuvieron encantados con su entusiasmo por aprender sobre otras culturas. Así que juntos comenzaron a buscar información sobre cómo llegar a los Países Bajos. Finalmente, llegó el día del tan esperado viaje.

Mariana estaba emocionada mientras abordaba el avión rumbo a Ámsterdam, la capital de los Países Bajos. Cuando aterrizó en el aeropuerto Schiphol, sintió un cosquilleo en su estómago por todas las experiencias que la esperaban. Al salir del aeropuerto, Mariana se encontró con un simpático guía turístico llamado Hans.

Era un hombre amable y sonriente que conocía todos los secretos del país. Juntos comenzaron a explorar Ámsterdam. Caminaron por las calles adoquinadas admirando las casas tradicionales con fachadas coloridas y ventanas grandes.

Pasaron junto al famoso Rijksmuseum donde Mariana quedó asombrada por las pinturas de artistas como Rembrandt y Vermeer. "¡Hans! ¿Podemos ir al mercado flotante?"- preguntó Mariana emocionada. "¡Claro, Mariana! Vamos al mercado flotante de flores más grande del mundo, en Aalsmeer.

Allí encontrarás miles de tulipanes de todos los colores imaginables"- respondió Hans con una sonrisa. Mariana no podía creer lo que veían sus ojos cuando llegaron al mercado flotante. Había tulipanes rojos, amarillos, rosados y naranjas en todas partes.

Ella se paseó entre las filas de flores, sintiendo su aroma dulce y fresco. "Son tan hermosos, Hans. Me gustaría llevarme algunos a casa"- dijo Mariana entusiasmada.

Hans le explicó que debido a las regulaciones aduaneras no era posible llevarse los tulipanes fuera del país. Pero entonces tuvo una idea brillante: visitarían un campo de tulipanes donde podría elegir algunos para plantar en su jardín cuando volviera a casa.

Así fue como Mariana y Hans se dirigieron a Keukenhof, el famoso jardín de tulipanes en Lisse. Cuando llegaron allí, se encontraron con un maravilloso espectáculo de colores: hectáreas enteras cubiertas por millones de tulipanes en flor. Mariana estaba encantada mientras caminaba entre los campos llenos de flores.

Se detuvo frente a un hermoso tulipán rosa y decidió que ese sería el primero que plantaría en su jardín cuando regresara a Argentina.

Después de pasar unos días explorando Ámsterdam y sus alrededores, Mariana tenía que decirle adiós a Hans y continuar su viaje hacia otras ciudades de los Países Bajos. Visitó La Haya, donde conoció el Palacio de la Paz y el famoso Madurodam, un parque en miniatura que mostraba las principales atracciones del país.

También fue a Rotterdam, una ciudad moderna llena de rascacielos y arquitectura vanguardista. Allí subió a la famosa torre Euromast y disfrutó de una vista impresionante de toda la ciudad.

Finalmente, Mariana llegó a Utrecht, una ciudad encantadora con hermosos canales y calles adoquinadas. Se perdió entre los callejones estrechos y descubrió pequeñas tiendas llenas de recuerdos únicos. Mariana había aprendido mucho sobre los Países Bajos durante su viaje.

Había descubierto las maravillas de sus ciudades, los campos llenos de tulipanes y su gente amable. Pero lo más importante es que se dio cuenta de que no importaba cuánto explorara el mundo, siempre habría algo nuevo por descubrir.

Cuando regresó a Argentina, Mariana plantó su tulipán rosa en su jardín como un recordatorio constante de sus aventuras en los Países Bajos. Y cada vez que veía esa flor florecer, recordaba todas las maravillas que había experimentado y se motivaba para seguir explorando el mundo.

Y así fue como Mariana siguió viajando por diferentes países, siempre buscando nuevas maravillas para descubrir y compartir con todos aquellos dispuestos a escuchar sus historias llenas de emoción y aprendizaje.

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