Mariana y su sueño de bailar
Mariana era una niña alegre y llena de energía. Desde muy pequeña descubrió su amor por la danza, y soñaba con convertirse en una bailarina talentosa. Sin embargo, sus padres no compartían su pasión y siempre le decían que eso no era una profesión seria. A pesar de los deseos de sus padres, Mariana seguía bailando en secreto en su habitación todas las noches, imaginando que estaba en un gran escenario siendo aplaudida por su talento.
Un día, Mariana se enteró de una escuela de danza que abriría sus puertas en el barrio. Enseguida supo que debía unirse, sin importar lo que sus padres pensaran al respecto. Decidió ir sola a la audición, y para su sorpresa, fue aceptada en la escuela. Estaba emocionada y asustada a la vez, pero sabía que era su oportunidad para perseguir su sueño.
Al contarle la noticia a sus padres, estos se opusieron rotundamente. "¡Eso no es para nosotras, Mariana! ¡No queremos que hagas el ridículo!" le decían una y otra vez. Mariana se sentía triste y confundida, pero algo en su interior le decía que debía seguir adelante.
A pesar de la oposición de sus padres, Mariana comenzó a asistir a las clases de danza todos los días después de la escuela. Pronto descubrió que el baile no solo le traía alegría, sino también le enseñaba disciplina, perseverancia y trabajo en equipo. Con el tiempo, sus padres comenzaron a notar el brillo en los ojos de Mariana y la pasión que tenía por la danza. Lentamente, empezaron a comprender lo importante que era para ella.
Un día, la escuela de danza organizó un gran espectáculo para recaudar fondos. Mariana estaba emocionada pero nerviosa, sabía que sus padres estarían allí. El día del espectáculo, al ver a Mariana brillar en el escenario, sus padres se dieron cuenta del talento y la dedicación que tenía su hija. Al finalizar la presentación, corrieron a abrazarla y le dijeron lo orgullosos que estaban de ella.
Desde ese día, Mariana continuó bailando y siguiendo su pasión. Aprendió que con esfuerzo y amor por lo que se hace, se pueden superar incluso las mayores adversidades. Y sus padres, finalmente, comprendieron que el baile era mucho más que un simple pasatiempo, era el sueño de su hija hecho realidad.
FIN.