Marianela y la magia de la limpieza


Hoy era un día especial para Marianela, ¡cumplía años! Desde que se despertó por la mañana, no podía contener su emoción. Se levantó de la cama con una sonrisa gigante y corrió hacia el espejo.

Sin embargo, al verse reflejada, recordó algo importante: ¡no se había bañado! Marianela sabía lo importante que era mantenerse limpia e higiénica, pero hoy estaba tan emocionada por su cumpleaños que decidió posponer su baño para más tarde.

"Hoy es mi día especial, me puedo dar este pequeño permiso", pensó para sí misma. Después de desayunar con su familia y abrir sus regalos, Marianela decidió salir a pasear por el parque.

Mientras caminaba bajo los árboles y escuchaba el canto de los pájaros, sintió una ráfaga de viento fresco que le hizo cosquillas en la cara. De repente, escuchó una voz dulce y melodiosa que provenía de un rincón del parque.

-¡Hola! ¡Feliz cumpleaños! -dijo una mariposa morada posada en una flor cercana. Marianela se sorprendió al ver a la mariposa hablar. Nunca antes había visto nada igual. -¡Gracias! ¿Cómo es que puedes hablar? -preguntó Marianela con curiosidad.

-La magia de tu cumpleaños ha hecho posible que pueda comunicarme contigo hoy -respondió la mariposa con una sonrisa brillante-. Pero tengo algo importante que decirte: la limpieza no solo se trata de lavarse el cuerpo, también implica mantener limpios nuestros pensamientos y acciones.

Marianela reflexionó sobre las palabras de la mariposa mientras continuaban charlando en el parque. De repente, vio a lo lejos a un niño llorando porque se había caído del columpio y se había ensuciado todo.

Sin dudarlo un segundo, Marianela corrió hacia él y lo ayudó a levantarse. Con ternura y paciencia, lo consoló y limpió sus heridas con agua y jabón que llevaba en su mochila. El niño dejó de llorar y le dedicó una sonrisa sincera.

-Gracias por ayudarme -dijo el niño entre sollozos-. Eres muy amable. Marianela sintió calidez en su corazón al ver la gratitud del niño.

Recordando las palabras de la mariposa sobre mantener limpias también nuestras acciones, entendió el verdadero significado de la higiene personal: cuidar no solo nuestro cuerpo sino también a los demás. Al regresar a casa al final del día, cansada pero feliz, decidió darse un baño relajante para terminar su día especial.

Mientras disfrutaba del agua tibia acariciando su piel limpia, supo que aquel cumpleaños sería inolvidable no solo por los regalos recibidos o las felicitaciones sino por haber aprendido una valiosa lección: ser limpio va más allá de estar pulcro físicamente; implica tener un corazón bondadoso lleno de buenas acciones hacia los demás.

Desde entonces, cada vez que celebraba su cumpleaños o cualquier otro día especial, recordaba aquella experiencia en el parque junto a la mariposa morada como un recordatorio constante de lo importante que es ser limpio tanto por fuera como por dentro.

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