Maribel, la mariposa mágica y el valiente corazón de Martina
Había una vez una niña llamada Martina, que era muy valiente y honesta. Sin embargo, había algo que le causaba mucho miedo: los insectos.
Cada vez que veía una araña o una hormiga, se ponía a gritar y correr sin parar. Un día, mientras jugaba en el jardín de su casa, vio una mariposa revoloteando cerca de ella. Martina se asustó y saltó hacia atrás. Pero la mariposa parecía querer comunicarse con ella.
"Hola Martina", dijo la mariposa con voz suave y melodiosa. Martina no podía creer lo que estaba escuchando. Nunca antes un insecto le había hablado. "¿Quién eres?" preguntó Martina sorprendida. "Soy Maribel, la mariposa mágica", respondió la mariposa sonriendo.
Martina se acercó lentamente a Maribel, aún un poco nerviosa pero intrigada por lo que tenía para decirle. "He visto cómo te asustas de los insectos", continuó Maribel. "Pero quiero mostrarte algo especial".
Maribel llevó a Martina volando hasta un árbol cercano donde vivían muchas hormigas trabajadoras. —"Mira" , dijo Maribel señalando hacia las hormigas. "Estas pequeñas criaturas son muy importantes para el planeta tierra".
Martina observó con curiosidad cómo las hormigas trabajaban en equipo para llevar comida al hormiguero y construir caminos subterráneos increíbles. "¡Es fascinante!" exclamó Martina emocionada. "Nunca me había dado cuenta de todo lo que hacen las hormigas".
Maribel llevó a Martina a otros lugares donde pudo ver cómo las abejas polinizaban las flores y ayudaban a mantener el equilibrio en la naturaleza. También le mostró cómo los escarabajos se alimentaban de desechos y reciclaba nutrientes. Martina comenzó a darse cuenta de que los insectos no eran tan malos como ella pensaba.
De hecho, cada uno tenía su función en el ecosistema y contribuía al bienestar del planeta. "¿Puedo ayudar de alguna manera?" preguntó Martina emocionada por descubrir su propósito. Maribel sonrió con ternura y dijo: "Claro que puedes, Martina.
Puedes empezar por respetar a todos los seres vivos, incluyendo a los insectos. Además, puedes aprender más sobre ellos para entender mejor su importancia". Martina asintió con entusiasmo y prometió hacerlo.
Desde aquel día, dejó de tener miedo a los insectos y comenzó a estudiarlos e investigar sobre ellos. Con el tiempo, Martina se convirtió en una experta en insectos y compartía sus conocimientos con sus amigos en la escuela.
Juntos crearon un proyecto para protegerlos y concientizar sobre su importancia en el ecosistema. Martina aprendió que no debemos juzgar algo solo por su apariencia o nuestras primeras impresiones. Todos tenemos un papel importante en este mundo, incluso los insectos.
Y así fue como la valiente niña superó sus miedos, encontrando la magia e importancia de esos pequeños seres vivientes para el planeta tierra y también para su propia experiencia de vida.
Desde entonces, Martina se convirtió en una defensora de los insectos y su mensaje llegó a muchos corazones, logrando que más personas comprendieran la importancia de respetar y cuidar a todos los seres vivos.
FIN.