Marili y la aventura en el bosque
Marili era una niña curiosa y valiente que vivía en una pequeña casa al lado de la montaña. Tenía un gato llamado Pelusa, con quien compartía todas sus aventuras. Un día, mientras jugaban en el bosque, Pelusa se escapó y Marili no pudo evitar perderlo de vista. -Pelusa, ¿dónde estás? ¡No te vayas tan lejos! - exclamó Marili, preocupada. La niña se adentró en el bosque, pero entre los árboles y la maleza, Pelusa parecía haber desaparecido por completo.
Marili, decidida a encontrar a su amigo, siguió el rastro de huellas que encontró en el suelo. A medida que avanzaba, el bosque se volvía más denso y oscuro, pero ella no se rendía. De repente, escuchó un maullido proveniente de lo profundo del bosque. -¡Pelusa! ¡Estás aquí! - exclamó Marili emocionada. Sin embargo, cuando se acercó, se dio cuenta de que el maullido no provenía de Pelusa, sino de un gatito perdido que necesitaba ayuda. Marili lo tomó en brazos y decidió llamarlo Rayito.
Convencida de que no podía abandonar al pequeño gatito, Marili decidió seguir buscando a Pelusa mientras llevaba a Rayito en sus brazos. La niña no estaba segura de estar tomando la decisión correcta, pero su corazón le decía que debía ayudar a ese gatito indefenso. Mientras caminaban, escuchó un ruido extraño proveniente de un árbol cercano. Al mirar hacia arriba, descubrió a Pelusa atrapado en una rama alta. -¡Pelusa! ¡No te preocupes, voy a salvarte! - exclamó Marili con determinación.
Con la ayuda de Rayito, Marili logró construir una especie de escalera con ramas y trepar hasta donde estaba Pelusa. Finalmente, lo rescató y los tres regresaron a casa, felices y cansados. Marili aprendió que siempre hay espacio en su corazón para ayudar a otros y que, a veces, los caminos nos llevan a aventuras inesperadas. A partir de ese día, Pelusa, Rayito y Marili se convirtieron en inseparables compañeros de juegos, compartiendo todo tipo de aventuras en el bosque.
FIN.