Marina y el elefante guardián
Había una vez en un pequeño pueblo de África, una niña llamada Marina. Marina era una niña curiosa, valiente y con un corazón tan grande como la sabana africana.
Vivía con su familia en una humilde choza cerca del río, donde pasaba sus días jugando con los animales y ayudando a su mamá con las tareas del hogar.
Un día, mientras caminaba por el bosque en busca de leña, Marina escuchó unos gritos desesperados provenientes del otro lado del río. Sin dudarlo un segundo, se quitó los zapatos y se lanzó al agua para cruzarlo y averiguar qué estaba sucediendo.
Al llegar a la orilla opuesta, descubrió que un elefante bebé había caído en un pozo profundo y no podía salir. Sin pensarlo dos veces, Marina comenzó a tirarle ramas y hojas para que pudiera sujetarse y subir. Después de varios intentos fallidos, finalmente el elefantito logró salir gracias al ingenio y valentía de Marina.
El elefante bebé, agradecido por haber sido salvado, decidió acompañar a Marina de regreso a su casa. Desde ese día, se convirtieron en grandes amigos inseparables.
Juntos vivieron muchas aventuras emocionantes: exploraron la selva, ayudaron a otros animales en apuros y aprendieron el uno del otro. Un día, mientras paseaban por la sabana, se encontraron con un grupo de cazadores furtivos que estaban acechando a una manada de elefantes para vender sus colmillos ilegalmente.
Marina supo en ese momento que tenía que hacer algo para proteger a sus amigos paquidermos. "¡Tenemos que avisarles a los demás elefantes! ¡Rápido!", exclamó Marina mientras corría hacia ellos junto al elefantito.
Gracias a la valentía de Marina y la ayuda del elefantito mensajero, lograron alertar a tiempo a la manada sobre el peligro inminente. Los elefantes formaron un círculo alrededor de los cazadores furtivos para protegerse mutuamente hasta que llegara ayuda.
Finalmente, gracias a la intervención oportuna de las autoridades locales, los cazadores furtivos fueron capturados y los elefantes pudieron vivir en paz sin temor a ser cazados nuevamente.
Marina se convirtió en una heroína no solo para los animales de la selva africana sino también para su comunidad entera. Su valentía inspiró a otros niños y niñas a cuidar y proteger la naturaleza que los rodeaba. Desde entonces, Marina siguió viviendo aventuras junto al elefantito que rescató aquel día en el pozo.
Su amistad demostraba que no importa cuán pequeños o diferentes podamos ser; lo importante es tener un corazón valiente y dispuesto ayudar al prójimo.
FIN.